ALEGAN QUE DIFICULTA LA COMUNICACIÓN EGIPCIAS
VETO AL ‘NIQAB’ EN LAS AULAS
Demandarán al rector de la Universidad de El Cairo por prohibir a las profesoras su uso
El Mundo, , 12-10-2015Las aulas de la Universidad de El
Cairo, el escenario desde donde, en
junio de 2009, el estadounidense
Barack Obama ofreció «un nuevo
comienzo» en las relaciones entre
Occidente y el islam, han inaugurado
curso enredadas en las cuitas religiosas.
Hace una semana la institución,
fundada en 1908 como faro
del saber secular, prohibió entre las
profesoras el uso del niqab, la prenda
que oculta todo el cuerpo de la
mujer salvo los ojos. Y estalló la polémica.
«Es un derecho constitucional
que la mujer se vista como desee.
El niqab no perjudica a nadie»,
señala a EL MUNDO Ahmed Mahran,
el abogado que representa a 33
de las docentes afectadas por la
norma. Su bufete prepara una demanda
contra el rector de la universidad
Gaber Naser, quien en unas
recientes declaraciones a AP reconoció
que, aunque el niqab no es un
«fenómeno» extendido en las aulas,
quiere «curar la enfermedad» antes
de que se propague.
La controvertida medida establece
que «no está permitido impartir
clases teóricas y prácticas o
permanecer en los laboratorios
mientras se lleva puesto el niqab».
Los defensores de la nueva cláusula
alegan que la indumentaria
–cuyo uso propugna el islam más
rigorista– dificulta la comunicación
con los alumnos y entorpece
el proceso educativo, especialmente,
en materias relacionadas
con los idiomas. Según el rector,
fueron las quejas de los universitarios
las que propiciaron una
prohibición limitada al personal
docente durante sus horas de clase.
«Sólo estamos regulando su
uso», apunta el máximo responsable
de la universidad. Pese a que
el hiyab (pañuelo islámico) sigue
siendo la prenda mayoritaria entre
las mujeres egipcias, el niqab
ha ganado terreno en la última
década alimentado por la influencia
en mezquitas y canales de televisión
de los predicadores salafistas
(ultraconservadores) y una
revolución silenciosa que ha convertido
el recato en obsesión.
Consultadas por este diario, las
perjudicadas por el reglamento
han declinado hacer declaraciones.
«Algunas se han quitado el
niqab esperando el veredicto del
juez y las que se resisten han dejado
de dar clases. No quieren hablar
porque tienen miedo», apunta
su letrado.
La polémica ha terminado saltando
al debate público. «Todas las
decisiones que se basen en negar
el uso del niqab deben ser rechazadas.
Son resoluciones contrarias
al artículo de la constitución que
señala que la fuente de jurisprudencia
son los principios de la
sharia (ley islámica)», indica a este
diario Taman al Banna, un dirigente
cairota de Al Nur, un partido
salafista próximo al presidente
Abdelfatah al Sisi y la única formación
islamista que sobrevivió a
la feroz represión que inauguró el
golpe de Estado de julio de 2013.
Conscientes de la oposición que
suscita el veto, los rectores de
otras universidades públicas del
país más poblado del mundo árabe
han rehusado secundarlo. «Las
munaqaba (mujeres con niqab)
sufrimos este tipo de discriminación
en las instituciones gubernamentales,
en las escuelas privadas
o en el transporte público», relata
Asmaa, una cuarentona que lleva
varias décadas sepultada bajo las
telas de la prenda de la discordia.
«La prohibición en la universidad
es inaceptable. Nuestra religión
dice que es obligatorio su uso y ni
la libertad que ellos alegan lo puede
negar», agrega.
En vísperas de unas descafeinadas
elecciones parlamentarias –en
las que las usuarias del niqab tendrán
que mostrar el rostro a una
funcionaria para ejercer su derecho
al voto– el conflicto tiene parte
de déjà vu. En 2009, en las postrimerías
de la dictadura de Hosni
Mubarak, la Universidad de El
Cairo desterró por decreto el niqab
de las facultades y las residencias.
La medida, que afectó
por igual a profesoras y alumnas,
fue revocada por un tribunal administrativo
de la capital tras el
recurso de una docente. «Si Dios
quiere, volveremos a ganar la batalla.
La corte reconocerá, como
ya lo hizo entonces, que esta
prenda no va en contra de las costumbres
y tradiciones del pueblo
egipcio», pronostica Mahran.
Estudiantes egipcias durante una protesta en la Universidad de El Cairo. REUTERS
«ES UN DERECHO QUE
LA MUJER SE VISTA
COMO DESEE», DICE
EL ABOGADO DE 33
DOCENTES QUE SE
OPONEN A LA MEDIDA
(Puede haber caducado)