Lecciones de alemán

El Periodico, CARLES PLANAS BOU>LEIPZIG ENVIADO ESPECIAL , 08-10-2015

Alemania es el país europeo que más ha hecho para acoger a los cientos de miles de refugiados que han llegado al continente huyendo de la guerra y la miseria. Por esa razón la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, inició ayer una pequeña gira para conocer más de cerca cuál es la realidad en la calle y cómo las grandes ciudades han están gestionando ese éxodo masivo. Ayer la líder de Barcelona en Comú visitó Leipzig, localidad que espera recibir 5.400 peticiones de asilo durante el 2015, y se reunió con las autoridades locales.

Colau asistió como invitada a una reunión informativa con los vecinos organizada por el alcalde de Leipzig, Burkhard Jung, quien explicó sus medidas para acoger a los refugiados y para agilizar los trámites en la petición de asilo. El alcalde fue interrogado, criticado y elogiado por algunos de los casi 300 ciudadanos asistentes al acto. Esa ágora ciudadana, una práctica democrática poco vista en España, gustó a Colau, que la aplicará en Barcelona asegurando que «para que el proyecto tenga éxito hace falta implicar y corresponsabilizar al conjunto de la ciudad». La alcaldesa se situó en un segundo plano, escuchando el debate y tomando notas sobre las ideas aplicadas en Leipzig, una ciudad referente en la gestión de la llegada de refugiados.

Cuando la crisis de refugiados vivió su momento más crudo, la alcaldesa de Barcelona aseguró que no se quedaría de brazos cruzados y lideró la creación de una red de ciudades españolas solidarias con la llegada, a la que también se unieron Madrid y Valencia. Entonces, el Gobierno de Mariano Rajoy todavía se oponía al sistema de cuotas de distribución de refugiados que la cancillera alemana, Angela Merkel, impulsó desde Berlín y que el presidente francés, Francois Hollande, respaldó desde París.

Cuestión de competencias

Aunque Barcelona no tiene competencias en materia de refugiados, como tampoco las tiene la Generalitat, Colau quiso aprender de la experiencia de otras regiones europeas que ya han vivido la llegada de miles de personas para poder aplicarlo en su iniciativa de solidaridad municipal. Aún así, España no es Alemania y la alcaldesa se encontrará con más problemas para llevar adelante su programa. En el país germánico todos los estados federados tienen unas cuotas de asimilación de los recién llegados impuestas por Berlín. De esa manera se permite que los refugiados se repartan de forma proporcional en las distintas regiones y que aquellos que tienen una mayor capacidad para darles una casa y apoyo asuman una mayor responsabilidad.

La visita de Colau a la ciudad del estado de Sajonia vino precedida por una polémica municipal. Aunque la alcaldesa invitó a los líderes de la oposición a acompañarla en el viaje para conocer de primera mano cómo preparar Barcelona para la llegada de refugiados y cómo afrontar los problemas de la operación, ninguno de ellos aceptó la propuesta. El más contundente en el rechazo fue Alberto Fernández Díaz (PP), que tildó el viaje de «frívolo y precipitado». Ayer Colau justificó su decisión de realizar un desplazamiento «modesto a un país cercano del que Barcelona puede aprender mucho desde un punto de vista técnico y político».

La alcaldesa viaja junto al coordinador del plan Barcelona Ciudad Refugio, Ignasi Calbó, y la directora de Emergencias, Isabel Ferrer. El viernes Colau regresará a Barcelona mientras que su equipo se desplazará a Múnich, una de las localidades alemanas que han absorbido un mayor número de llegadas, donde seguirán los contactos con las autoridades para profundizar en la gestión de la crisis migratoria y en el modus operandi alemán.

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