donostia – El activista saharaui Hassana Aalia fue detenido el pasado martes en un tren por la Policía alegando su situación ilegal en España, lo que podría derivar en su extradición. Ocurrió en un tren en el que regresaba a Euskadi. No obstante, Aalia portaba el recurso que presentó ante la Audiencia Nacional en enero, después de que se le denegara el asilo político, y que acreditaba que está en un proceso judicial por lo que no puede salir del país. También mostró la medida cautelar expedida por este órgano estatal que invalidaba la salida inmediata del país, tras no habérsele concedido el asilo. Con todo, la Policía le hizo descender del vagón en la siguiente parada, Burgos.

Permaneció dos horas y media en comisaría, hasta las 20.00 horas, cuando fue puesto en libertad, con un plazo de 48 horas para presentar un nuevo recurso. “No lo entiendo, me parece un acto vergonzoso. Lo he pasado mal estando detenido como un delincuente, sin haber hecho nada”, denunció Aalia, que apuntó que en ese momento una persona que se encontraba en su mismo vagón calificó la escena de “racista”.

“Me abrieron un procedimiento sancionador, por no tener papeles, que puede terminar en una expulsión. Pero presenté los papeles de la Audiencia Nacional, que es un órgano superior del Estado Español, y la Policía no los reconoció. No tiene ni pies ni cabeza”, criticó el saharaui, que un mes y medio antes presentó esos mismos papeles en un control rutinario de la Policía, donde no hubo problemas en aceptarlos.

A primera hora de ayer, Aalia presentó el recurso, junto a su abogado, y pudo viajar hasta Bilbao, y después regresar a Hernani, donde reside desde hace dos años. Ahora se encuentra a la espera de una respuesta, que podría variar sus planes. De hecho, el lunes 12 de octubre el Pueblo Saharaui celebra el día de la Unidad Nacional, y este año las asociaciones que se dedican a este colectivo van a realizar un acto en Donostia al que Aalia estaba invitado. “No se si voy a poder ir. No sé qué va a pasar mañana, ni pasado”, lamentó.

El caso de este activista de los territorios ocupados del Sahara Occidental es de manual. “He sido detenido y torturado muchas veces en los territorios ocupados del Sáhara Occidental y también he sido juzgado”, relató. De hecho, carga con dos cadenas perpetuas, la segunda dictada por el Tribunal Militar marroquí, por participar en el campamento de protesta pacífico de Gdeim Izik. – Alicia Zulueta