Editorial de diario de noticias

Geopolítica, bombas y derechos humanos

El reciente bombardeo de EEUU de un hospital de MSF en Afganistán exige una urgente investigación y pone en valor la necesaria y más importante que nunca solidaridad internacional

Diario de Noticias, , 05-10-2015

el reciente y trágico bombardeo por parte de EEUU de un hospital de Médicos Sin Fronteras en Afganistán causando la muerte de 22 personas, 12 trabajadores de la ONG y 10 pacientes, ha vuelto a poner de relieve la triple – y hasta cuádruple, si incluyéramos a las multinacionales – capa que cubre el mapa del mundo: potencias, empresas, ONG y ciudadanía. En este último atentado contra los derechos humanos, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha negado que los talibanes estuvieran usando el hospital de Kunduz para lanzar ataques contra las tropas internacionales, mientras el Pentágono confirma que bombardeó “los alrededores” del hospital, aunque las bombas cayeron dentro. Otro día más para ser testigos del despropósito de las guerras. Mientras los grandes estados miran el globo con el prisma de la geopolítica decidiendo bombardear aquí y allá según sus intereses políticos y económicos (y para ello lo mismo da hablar de EEUU en Afganistán que de Rusia en Siria), allá abajo, donde caen sus bombas, viven personas de carne y hueso que sufren los daños directos y los mal llamados daños colaterales, como si de aquel juego de mesa Risk se tratara. Miles, millones de personas que o mueren o resultan heridas en guerras interesadas o acaban convirtiéndose en refugiados en tierra de nadie. Las grandes multinacionales y corporaciones también mueven sus piezas en el tablero mundial sin disparar un tiro pero condenando a pueblos enteros a la pobreza, la explotación o la deslocalización mirando los indicadores de la bolsa o jugando con el precio de materias primas básicas en subastas especulativas de mercados de futuro. Por suerte entre estas grandes estructuras políticas y financieras para las que no hay fronteras y los millones de personas que solo padecen el lado negativo de la globalización existe otra gran red mundial de solidaridad internacional en forma de organizaciones no gubernamentales que ejerce de colchón humanitario. MSF sólo es una de ellas, una de las más destacadas por su labor en terreno, pero hay muchísimas más, con menos nombre y recursos, que cada día trabajan en distintas partes del mundo para intentar que los derechos humanos básicos sean una realidad al margen de banderas o cuentas de resultados. Personas ayudando a personas que se organizan mediante entidades que, por desgracia, aún hoy son más necesarias que nunca ante las dificultades de la ONU y otras instituciones para consolidar una gobernanza de justicia mundial eficaz.

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