La plataforma SOS Racismo denunció
ayer la apertura de un expediente
de expulsión por parte
de la Policía Nacional para los
tres iraquíes kurdos encontrados
el martes pasado en Hernani.
Dos de los tres inmigrantes presentarán
un recurso para evitar
su deportación, mientras que el
otro no ha podido planteárselo
aún al encontrarse en observación
en el Hospital Donostia con
síntomas de hipotermia.
Cruz Roja se ha ocupado de buscarles
asilo desde que fueron encontrados.
Además, se encarga
junto a otras ONG, de asesoar jurídicamente
a los inmigrantes. Aunque
asegure las mismas condiciones
que el asilo, estas organizaciones
recomiendan la opción de
pedir la «protección internacional
subsidiaria», más adecuada para
aquellos que se ven afectadas por
un conflicto bélico.
Este es el caso de estos tres iraquiés
kurdos que pretendían llegar
a Inglaterra, donde tienen vínculos
familiares, y pedir asilo. Sin embargo,
la opción de realizar cualquiera
de estos dos trámites allí pierde
sentido. Si lo hiciesen en Reino
Unido, se lo negarían y les deportarían
a España, al tratarse del lugar
donde fueron identificados.
Los inmigrantes proceden de la
ciudad de Kirkuk, en el Kurdistán
iraquí. pagaron por ser transportados
en un camión frigorífico
desde Polonia a Inglaterra para
huir del Estado Islámico que gobierna
la zona. Tras varias horas
de viaje en el vehículo que transportaba
fruta a Madrid, aporrearon
la puerta, el conductor de otro
camión escuchó los gritos y golpes
y alertó a la Ertzaintza. Tras
superar su estado de «shock» inicial,
los iraquíes pudieron comunicarse
con la Cruz Roja gracias a
un traductor árabe. Afirmaron
sentirse estafados y enfadados,
más si cabe tras conocer la intención
de la Policía Nacional de expulsarles
del país. De todas formas,
si se estima cualquiera de
las medidas de protección que soliciten,
los inmigrantes kurdos
conseguirían el permiso de residencia
y trabajo en España.