Berlín advierte de que hay en el país 290.000 refugiados aún sin registrar

Canarias 7, EFE, 30-09-2015

El responsable de Migración y Refugiados del Gobierno alemán, Frank – Jürgen Weise, advirtió este miércoles de que en el país hay 290.000 solicitantes de asilo aún por registrar, en medio de la congestión administrativa causada por las incesantes llegadas.



Por el momento no se tiene ni siquiera un “panorama claro” de dónde se encuentra parte de ese contingente humano ni cómo va a ser distribuido por el país, admitió Weise, quien asumió ese cargo hace una semana y lo compatibiliza con sus funciones de director de la Oficina Federal de Empleo.



El proceso de evaluación de las solicitudes de asilo, hasta que se resuelve a su favor o se rechaza, dura unos cinco meses, pero muchos de los peticionarios llevan ya en el país entre dos y tres meses cuando se inician esos trámites con el registro, añadió.



Weise espera ahora que se refuerce el personal administrativo concentrado en esa tarea y que se optimice la coordinación entre los distintos estamentos implicados, junto a las administraciones de los estados federados y los poderes locales.



La advertencia del responsable de ese departamento, adscrito al Ejecutivo, se produce después de que ayer el Ministerio de Interior anunciase que se espera para el próximo año la llegada de otros 800.000 peticionarios, la misma cifra pronosticada para este año.



En las últimas semanas se han producido ya algunos altercados entre peticionarios en centros de acogida muy masificados, en los que ha sido precisa la intervención de la policía para contenerlos.



El Ejecutivo de la canciller, Angela Merkel, aprobó ayer una serie de medidas de urgencia para afrontar la llegada masiva de refugiados al país, ya que pese a los controles en la frontera se estima que entran a diario en Alemania hasta 10.000 nuevos peticionarios.



En las últimas tres semanas, han ingresado en el país unos 230.000 solicitantes de asilo, según cálculos del Gobierno.



La situación ha generado fuertes presiones sobre Merkel, especialmente de parte de sus socios de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), que ha criticado la política de “generosidad” de la canciller en medio de la crisis de refugiados.



Entre otras medidas, se aprobó pasar a considerar “países seguros” Albania, Montenegro y Kosovo, de los que proceden alrededor de un 40 % de los peticionarios llegados en los primeros meses del año.



El propósito del Gobierno de Merkel es acelerar la tramitación y evaluación de esas solicitudes, para agilizar con el ello el retorno a su lugar de origen de los que sean rechazados y también la integración en el mercado laboral alemán de los que sí sean reconocidos como refugiados.

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