«No duermo porque en cualquier momento mi familia puede morir»

El refugiado sirio Kamal Aldalati lleva ya más de un curso estudiando Medicina en Santiago. Tuvo que huir de su país porque su vida corría peligro

La Voz de Galicia, l. g. del valle / M. Cedrónredacción / la voz, 30-09-2015

Hace tiempo que Al Zabadani dejó de ser una ciudad segura para Kamal Aldalati. Cuando en el 2011 estalló en Siria el levantamiento contra el régimen de Al Asad, este técnico de Anestesia y entonces estudiante de Medicina trabajaba como voluntario junto a otros compañeros en un hospital de campaña ubicado en un sótano. «Los heridos que no pertenecían al ejército del régimen eran detenidos. Por eso, montábamos esos hospitales», recuerda. Pero entre los voluntarios había una espía de Al Asad que lo incluyó en una lista negra. En un control pararon a un conductor que, casualmente, tenía su mismo nombre. «Le pegaron nueve tiros en la espalda», recuerda. Su vida corría peligro y huyó. Tras viajar a pie hasta una aldea cercana al Líbano, y aguardar en ese país durante 42 días, pudo llegar a Madrid con una carta de invitación de una prima.
Kamal Aldalati, que ayer relató su viaje hasta Galicia en el programa de V Televisión + Que Contar, es ahora alumno de la Facultad de Medicina, en Santiago, gracias a la ayuda de una asistente social que le habló de las becas Erasmus. Pero no le convalidaban sus asignaturas de Siria. Decidió empezar de cero en la capital gallega, para lo que tuvo que examinarse de selectividad como un alumno español más. Y que no resulte baladí: Aldalati no solo había llegado a España con una mano delante y otra detrás, sino que apenas sabía hablar español. La ayuda de los gallegos hizo el resto: «Todo el mundo colabora conmigo».
-Ahora está a salvo en Galicia. ¿Y el resto de su familia?
Publicidad-Cuando empezaron a bombardear Al Zabadani, en el 2012, mi familia se refugió en unas viviendas de verano ubicadas en un barrio controlado por el Gobierno. El otro día gente del régimen fue hasta la casa en la que viven mi padre y mis tres hermanos para decirles que debían trasladarse a Madaya. Pero es peligroso porque lo que hacen es agrupar a la gente en ciudades que luego bombardean. Ahora Al Zadabani está tomada por un grupo chií de Hezbolá. Lo que quieren es acabar con la población local para reubicar ahí a sus seguidores. Me gustaría que mi padre y mis hermanos vinieran conmigo, pero es casi imposible llegar a España. No duermo por las noches pensando que en cualquier momento pueden morir.
-Usted tiene información de primera mano, ¿qué está ocurriendo en su país para que todo el mundo huya?
-No se sabe quién lucha contra quién. Está entrando gente de todas partes que están haciendo todo lo que les da la gana. Al Asad es el problema.
-¿Qué opinión le merece el trato que están dando algunos Gobiernos europeos a los refugiados?
-Los que tratan de venir a Europa lo hacen porque allí no les ha quedado nada. Quieren rehacer su vida, sobrevivir. Tengo unos tíos que están tratando de cruzar el Mediterráneo desde Turquía. Dicen que allí no les queda nada y por eso vienen. De quedarles algo no vendrían.
-Hace tres años puso en riesgo su vida para llegar a Europa, como los miles de refugiados que lo están haciendo ahora. ¿Cómo lo consiguió?
-Fue gracias a un traficante que me consiguió un pasaporte. Unos meses antes había anestesiado a su sobrino, así que cuando se enteró de que me quería marchar del país me ofreció su ayuda. Al llegar a Líbano pagué para que me colocaran un sello en la frontera, que estaba muy controlada. Estuve en Líbano esperando 42 días antes de coger un avión para Madrid. Lo hice sin saber si el visado era auténtico o falso.
-¿Cómo es su vida como estudiante de Medicina en Santiago?
-Ha mejorado muchísimo, pero me ha costado mucho esfuerzo conseguir entrar en Medicina. El idioma no lo hablaba bien, tuve que empezar de cero porque no me convalidaban mis asignaturas. Además tuve que hacer la selectividad como un español. He tenido suerte porque mi profesor de Anestesia me ha acogido en su casa.

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