eXVicepresidente de Asuntos Exteriores HÚNGARO

István Hegedüs: “La valla es la vergüenza que convierte a Hungría en la oveja negra europea”

El sociólogo húngaro István Hegedüs participa esta mañana en una mesa redonda para hablar sobre la crisis de los refugiados y el papel de Hungría en ella

Deia, Una entrevista de Rubén Olveira Araujo, 29-09-2015

Bilbao – La crisis de los refugiados se ha colado en la octava edición de las Jornadas Diálogos Bilbao: Europa – América Latina. István Hegedüs, sociólogo húngaro que participó activamente en la transición de Hungría al régimen democrático en 1989, miembro del primer parlamento húngaro libremente elegido en 1990 y vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores, intervendrá esta mañana en una mesa redonda bajo el título Globalizaciones dispares y gobernabilidad en Sabino Arana Fundazioa.

¿Qué es lo que ha llevado a Hungría a posicionarse contra la redistribución europea de los refugiados?

- Creo que existe una ideología de derechas detrás de todo esto, así que se trata de una decisión política, de partido. Mientras Alemania se centra más en los Derechos Humanos, Hungría, por su lado, montó una valla en la frontera sur. Esto demuestra que en los Estados miembro relativamente nuevos, y especialmente en Hungría, contemplan esta crisis de refugiados como una amenaza. Y a uno de los pocos a los que estas medidas benefician es a Viktor Orban, el primer ministro de Hungría.

¿Por qué?

- En los últimos años Orban ha perdido apoyo. Si sigue en el poder es porque no hay una alternativa fuerte. Aun así, ha perdido apoyo y para recuperarlo intenta quitar los votos a la extrema derecha abogando por medidas nacionalistas. Con ese objetivo, el Gobierno húngaro lanzó hace medio año una campaña con carteles en la calle, escritos en húngaro, para transmitir un mensaje: aquellos que vengan a Hungría tienen que respetar nuestra cultura y no coger nuestros empleos. Su intención era crear una atmósfera de xenofobia y llegó a decir que él defendía a toda Europa de los no – cristianos. Por esas mismas fechas, apenas había en Hungría refugiados – inmigrantes económicos, como les llama – , pero la semilla ya estaba plantada.

¿Y cuándo llegaron los refugiados?

- Amparándose en la idea de que Hungría tenía el derecho a tener a los refugiados en las fronteras nacionales y empujarles en otra dirección, levantaron una valla en el mismo corazón de Europa. Esa valla es una vergüenza y ha convertido a Hungría en la oveja negra de la Unión Europea.

Además de razones políticas, ¿hay también algún motivo sociológico que favorezca la toma de estas medidas por parte de Hungría?

- En mi opinión, fundamentalmente es la respuesta de una decisión de partido, aunque sí que habría que mencionar que, de acuerdo con las encuestas, los húngaros y otras gentes de Europa del Este son más xenófobos que en la zona occidental de la UE. Tradicionalmente, este problema se orientaba hacia la minoría gitana, que ha padecido mucha discriminación. Hasta ahora la inmigración no ha sido un problema para nosotros, en comparación con Grecia, Italia o España. Pero el Gobierno recurrió a estos estereotipos, al miedo de tener gente de diferentes religiones y razas, para generar una determinada atmósfera de xenofobia que han lanzado contra los refugiados.

¿Y la gente de a pie cómo lo vive?

- La ciudadanía presenta una importante polarización. Ha habido varios debates bastante polémicos en las redes sociales y en ellos se palpa todo el miedo y el odio que hay en la sociedad. El problema reside, además, en que la mayoría de la población húngara solo ve a los refugiados a través de las noticias. Mucha gente solo consume la televisión y los medios pro – gobierno. Estos presentan a los refugiados como personas peligrosas, con muchos terroristas entre sus filas, que dejan porquería por todas partes y que solo van a Hungría a hacer trampas y robar. Es más, se cuida tanto la imagen que se quiere dar de los refugiados que hubo una orden interna de la televisión pública húngara, bajo estricto control del gobierno, que decía que los niños sirios no podían aparecer en las noticias, porque eso podría generar cierta simpatía hacia ellos. Así que ya no aparecen imágenes de niños.

¿Y en los medios de la oposición?

- Ahí sí que aparecen, al igual que en Internet. Y eso demuestra que no todos los húngaros estamos cortados por el mismo patrón. Por ejemplo, algunas personas ayudaron a los refugiados de manera espontánea cuando estos empezaron a ocupar las estaciones de ferrocarril. Muchos activistas formaron grupos y les llevaron alimentos, bebida, mantas, etc. El Gobierno tardó un mes entero en reaccionar, pero a rasgos generales ha tenido éxito con su estrategia. No obstante, me gustaría recalcar que los húngaros podrían haber actuado de una manera totalmente diferente si se les hubiera planteado el problema de una manera más abierta. Espero que esos grupos de activistas cambien en Hungría la imagen general de los refugiados, porque hay mucha gente que, desgraciadamente, está de acuerdo con las medidas que está tomando el Gobierno.

¿Medidas para cambiar esta visión?

- La oposición democrática en Hungría es relativamente débil y hay una carencia de alternativas políticas. Orban podría perder las elecciones de 2018, pero para ello la oposición tendría que cambiar de táctica. A nivel europeo, la gran pregunta tiene que ver con la conducta del Partido Popular Europeo, el grupo más grande del Parlamento Europeo y al que pertenece Fidesz, el partido de Orban. Pero al final es el pueblo húngaro el que debería sacar la conclusión de que esta situación en la que Hungría queda totalmente aislada dentro de la UE es inaceptable. El problema actual reside en que muchas personas, al informarse solo por los medios progobierno, no saben que son la oveja negra de Europa ni cuáles son las alternativas a las medidas de Orban.

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