Al parecer, los que sufren hambre y miserias por causa de la guerra tienen derecho a ser acogidos; en cambio, los migrantes de origen económico no la tienen. Absurda distinción que nos hace dudar de la autenticidad de la actual campaña mediática.

Pero es cierto que si se suman los dos grupos (refugiados de guerra y migrantes económicos) la cifra de personas deseosas de ser acogidas se multiplicaría por diez, veinte….! A saber! Y eso no sería asumible por esta Europa, debilitada ya por las carencias básicas de muchos de sus ciudadanos y por los millones de inmigrantes, legales o ilegales, que han sido ya acogidos en los últimos años.

Creo que debemos ser solidarios, por humanidad y por los valores cristianos que han caracterizado los mejores rasgos de nuestras sociedades. Es más, creo que deberíamos ser mucho más generosos de lo que se plantea de forma tan demagógica en estos momentos tan mediáticos. Pero deben ser ayudas tan generosas como eficaces y asumidas de forma no problemática por los ciudadanos ( no es verdad que todos estemos de acuerdo con las soluciones propuestas)

Lo más adecuado sería ayudar con urgencia y auténtica suficiencia a los países de procedencia o a mejorar los campos de refugiados ya existentes en los países próximos ( Turquía, Jordania y Líbano) y ayudar a crear otros en Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes… más cercanos cultural y geográficamente – y que no requieren cruzar peligrosos mares – ).