dONOSTIA – Aunque por el momento sigue habiendo más dudas que certezas, Gipuzkoa ya ha comenzado a engrasar la maquinaria para acoger a los refugiados. La llegada de las primeras familias se prevé para finales del mes que viene, y no hay tiempo que perder. El trabajo en red resulta imprescindible y, consciente de ello, la Diputación ha tendido su mano a las organizaciones sociales del territorio, dispuestas a colaborar en lo que haga falta. La primera reunión que marcará la hoja de ruta a seguir se celebró ayer, un encuentro que todos valoraron. “Ha habido muy buenas sensaciones”, precisaron las organizaciones presentes.

Cada una realizó su propia aportación. Desde Cáritas señalaron a este periódico que están realizando una base de datos con todas aquellas familias dispuestas a echar una mano. Los recursos públicos parecen por el momento suficientes para responder a las demandas más urgentes, como el alojamiento, pero a partir de ahí hay un sinfín de necesidades. “Hay que aprovechar el potencial del voluntariado y capacitarlo”, defendieron desde SOS Racismo. El Banco de Alimentos de Gipuzkoa anunció, asimismo, que la gran recogida prevista para finales de noviembre irá destinada también a los refugiados.

No fue más que el primer paso de otra serie de encuentros previstos para adelantarse a las situaciones que se puedan dar. “Agradecemos mucho la oportunidad. Esto no es más que el principio de un trabajo en común que se antoja fundamental”, señaló José Emilio Lafuente, secretario general de Cáritas en Gipuzkoa.

La reunión comenzó a las 12.30 horas y se prolongó por espacio de dos horas. Por parte de las instituciones acudieron los máximos responsables de Gobernanza y Políticas Sociales, Imanol Lasa y Maite Peña. También estuvieron presentes la directora de Protección a la Infancia y a la Adolescencia, Belen Larrion; la directora de Convivencia y Derechos Humanos, Maribel Vaquero, y el director de Cooperación, Fernando San Martín.

Todos ellos reconocieron a la decena larga de entidades presentes el alto grado de provisionalidad que persiste. Se estima que unos 330 refugiados procedentes de Siria y otros países en conflicto recalen en el territorio, pero no es más que una aproximación.

Según la información facilitada ayer, en principio, se priorizarán los recursos públicos para acoger a estas personas. Lo más urgente es darles un alojamiento, pero eso no es más que el primer paso. “Una vez cubiertas las necesidades más básicas, tendremos que estar atentos a las sanitarias”, apuntó Ana Sánchez, decana del Colegio Oficial de Psicólogos de Gipuzkoa. “La idea que les he trasladado es que no debemos patologizar. Hay que buscar la normalidad a la hora de dar una respuesta, siendo conscientes de sus vivencias, y de que hasta un 30% de las familias pueden mostrar reacciones postraumáticas”, precisó.

Junto a ella estuvieron presentes organizaciones como Emaús, Cruz Roja, el Banco de Alimentos de Gipuzkoa o SOS Racismo. Peio Aierbe, responsable del Centro de Estudios y Documentación sobre Racismo y Xenofobia, salió satisfecho de la reunión. “Ha habido una acogida positiva desde la Diputación. Tenemos la sensación de que se puede aportar, aunque la dificultad a partir de ahora estriba en ir dando pasos en concreto. De lo contrario, corremos el riesgo de que todo se evapore”, advirtió.

voluntariado Euskadi ha creado un comité que se reúne todas las semanas para abordar esta crisis humanitaria. Este organismo cuenta con la participación de diferentes ONG y la implicación directa de dos miembros de la Diputación. A todo este engranaje institucional hay que sumar el ofrecimiento de tantas familias voluntarias, que no ha pasado desapercibido para nadie. En este sentido, Cáritas indicó ayer a este periódico que están realizando una base de datos con todas las personas que han llamado a sus puertas para echar una mano.

Desde SOS Racismo también apostaron por aprovechar estos recursos humanos. “Es interesante la idea de hacer una base de datos para conocer los perfiles de la gente y su capacitación. Todo ello es muy importante para dar continuidad a este plan de trabajo desde el voluntariado”.

Además de preguntarse por “el tipo de refugiados que van a llegar”, Aierbe subrayó que es importante dar respuesta a las personas que ya se encuentran entre nosotros. En ese sentido, recalcó las más de 12.000 peticiones de asilo registradas actualmente en el Estado.

Desde el Banco de Alimentos de Gipuzkoa también se mostraron dispuestos a colaborar y, según adelantó José Ignacio Sánchez, secretario de esta organización, la gran recogida de alimentos que tendrá lugar el 27 y 28 de noviembre, “además de ayudar a los guipuzcoanos, también estará dirigida a dar respuesta a los refugiados”.