Los líderes de la UE prometen más dinero a los países frontera con Siria
La cumbre europea se salda con una tibia declaración que pide más controles en las fronteras y repatriaciones inmediatas
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 24-09-2015Para algunos como la presidenta lituana Dalia Gribauskaite o el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, la Unión Europea empezó a construir la solución a la crisis de los refugiados por el tejado. Abordando primero la redistribución de solicitantes de asilo cuando lo que deberían haber hecho es, en primer lugar, reforzar las fronteras exteriores y, en segundo, ayudar más a los países vecinos a Siria y que más refugiados acogen, como Turquía, Líbano o Jordania, con el objetivo de evitar que los refugiados sintieran deseos de embarcarse y cruzar el Mediterráneo en busca de una escapatoria que para muchas se ha convertido en su tumba.
Estos dos fueron los grandes asuntos que abordaron ayer los 28 jefes de estado y de gobierno en una cumbre de emergencia convocada para hablar de asilo e inmigración y que lejos de cerrar heridas puso de manifiesto que las diferencias se mantienen. “No es falta de unidad sino de sabiduría especialmente porque no discutimos en primavera cuestiones que eran estratégicas y que estamos empezando a hablar ahora”, lamentó la lituana. “Comprendemos que hace falta solidaridad pero en principio no creemos que la solidaridad se pueda imponer por la fuerza”, añadió criticando el acuerdo sobre el reparto de refugiados aprobado la víspera.
Fueron varios los que echaron leña al fuego sobre este pacto pero sin duda el más incendiario ayer fue el primer ministro eslovaco, Robert Fico, cuyo país votó en contra del acuerdo de cuotas y anunció un recurso ante los tribunales. “Actuaremos en dos direcciones. Primero presentaremos un recurso ante el Tribunal de Luxemburgo y en segundo no aplicaremos (la decisión) de los ministros”, añadió. Palabras acogidas ayer con sumo enfado por el líder de los socialistas en el Parlamento Europeo que llegó a pedir la suspensión de su pertenencia al Partido socialista europeo. Mucho más comedido, el presidente de la Comisión Europea, Jean – Claude Juncker, dejaba claro que saltarse el acuerdo es imposible. “No es posible. La decisión se ha adoptado y tiene que ser respetada. El Tratado da la posibilidad de decidir por mayoría cualificada. Todos tienen que respetar la decisión”, zanjó.
menos tensión El checo Bohuslav Sobotka, que el día anterior también se había opuesto al reparto, rebajaba en cambio la tensión. “Aunque no me gusta usar las cuotas, estoy en desacuerdo con ellas y voté en contra, Europa no debe romperse por la crisis migratoria”, reconoció ayer. “Europa es un conjunto de valores y principios y los que no compartan sus valores ni respeten sus principios deben replantearse su presencia en el seno de la Unión Europea”, espetó el presidente francés, François Hollande, a su llegada a la reunión. Con posiciones tan antagónicas, el presidente de la UE, Donald Tusk, se vio obligado a poner sobre la mesa un documento de conclusiones tibio y poco concreto, centrado en dos cuestiones: el refuerzo de los controles en las fronteras exteriores y más ayuda para los países vecinos a Siria donde viven cuatro millones de refugiados.
“Todos reconocemos que no hay soluciones fáciles y que solo podemos gestionar este reto trabajando juntos, en espíritu de solidaridad y responsabilidad”, recoge el texto que negociaron anoche. El compromiso pasa por adoptar una serie de decisiones operativas antes de la cumbre europea de mediados de octubre con el objetivo de recuperar el control de las fronteras exteriores porque el flujo de refugiados seguirá aumentando. “Estamos hablando de millones de potenciales refugiados intentando llegar a Europa, no cientos de miles”, admitía ayer Tusk.
Además de más control y de apoyo a los países que están en primer línea como Italia o Grecia para identificar y registrar refugiados, los líderes de la UE se comprometen a repatriar de forma inmediata a aquellos que no cumplan los requisitos para tener derecho a un estatus de protección y a dotar de más fondos de emergencia a los Estados miembros para integrar a los refugiados. La otra gran prioridad subrayada ayer es la necesidad de aumentar el dinero para para los países donde se concentran los refugiados de Siria. “Tenemos que asegurarnos de que la gente de los campos de refugiados está bien alimentada y cuidada, ayudarlos, pero también para que no piensen en hacer este difícil viaje a Europa”, explicaba el británico David Cameron sobre un problema reconocido abiertamente en Bruselas. Según la declaración que negociaban ayer, se comprometen a destinar “al menos 1.000 millones adicionales” al Acnur y al Programa Mundial de Alimentos para asistir a los refugiados sirios.
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