Pamplona – ¿Hay ya información sobre este primer grupo de cara a preparar los recursos necesarios?

- Bueno. Sabemos que son 16 personas que han entrado por Ceuta y Melilla, algo que es menos conocido por la opinión pública, pero aún estamos a la espera de tener información sobre si son familias con hijos, personas solas, cuál es su perfil profesional, etc… No nos lo han concretado. Llegarán hacia el día 15 de octubre. El resto lo sabremos cuando estén aquí y cuando tengamos las entrevistas. Tambien hay que escucharles.

¿Qué lo que el protocolo de acogida dicta en estos casos? ¿Dónde se alojan? ¿Hasta cuándo van a estar aquí?

- Está todo previsto en el programa. No desvelamos la ubicación de las casas cedidas por Nasuvinsa por respeto a su intimidad y en principio es una acogida para nueve meses aunque puede haber prórrogas, si el conflicto se estanca. En un principio se cubren los gastos, pero el objetivo en cualquier caso es que en cuanto puedan también se integren, tengan trabajo y se hagan cargo del alquiler, la manutención…, como cualquier otra familia. No se quedan en estos pisos para siempre. Las ayudas son temporales en función de las necesidades. Son acogidas programadas a las que estamos habituados, aunque se tomarán medidas especiales por el volumen. Hay un presupuesto a nivel estatal y aquí nos tocará la parte proporcional. El programa en sí garantiza alojamiento, comida y escolarización aunque el Gobierno de Navarra también ha ofrecido sus recursos.

Sin embargo, sí que vendrán con problemas de idioma, además del shock por el éxodo y la guerra…

- Tenemos voluntariado de traducción (hemos tenido además más ofrecimientos) y también está prevista la atención psicológica. Obviamente vienen con todo el estrés postraumático como los que llegan de otros conflictos. Esto es algo que cualquiera de aquí puede entender porque está en la memoria colectiva lo sucedido y vivido con la guerra civil. Nuestros mayores saben los que es el racionamiento, el tener que huir, el haber perdido a un familiar… Esto no es diferente. Es igual. No hace falta explicar mucho esto. Eso sí, son temas que hay que trabajar personalmente o con profesionales, con el apoyo de otras personas de su comunidad.

El primer grupo es de 16, pero hay una proyección teórica de que Navarra podría acoger sin problemas a unos 300 refugiados…

- Al día de hoy no se ha concretado. No sabemos cuándo ni cuántos llegaran en una próxima fase, aunque estamos seguros de que llegarán más tandas. En la cifras que se manejan, 16 no son nada. Nos han comunicado que seguirán llegando. ¿Otros 16? ¿40? ¿50? Y estamos preparados para gestionarlos, según el programa de acogida.

¿Hay algún precedente de este volumen de refugiados en Navarra?

- Un precedente próximo es el de 8 cubanos que llegaron tras ser liberados de la cárcel y los más mayores se acordarán de un grupo de vietnamitas encontrados en un barco a la deriva con 1.000 pasajeros, pero, más allá de acogidas de emigrantes subsaharianos por motivos de cupos, quizá lo más parecido sea el éxodo de albano kosovares con motivo de la guerra de los Balcanes. Llegaron en 1997 y a Navarra le correspondieron 40, aunque todos ellos volvieron a los cuatro meses tras un acuerdo de ayuda para el retorno. Ahora pueden ser más, pero le daremos cara, estamos preparados y articularemos dispositivos.