La canciller alemana, Angela Merkel, valoró este jueves los últimos pasos dados por la UE para hacer frente al alud de solicitantes de asilo que llega al continente, pero insistió en la necesidad de contar con un sistema permanente para la distribución de refugiados entre los países miembros.

En una comparecencia ante el pleno del Bundestag (Cámara Baja) para presentar las conclusiones de la cumbre celebrada ayer en Bruselas, Merkel se mostró “profundamente convencida” de que Europa no sólo necesita un reparto “puntual”, como el acordado por los ministros de Interior, sino un “proceso permanente”, como reclama la Comisión Europea y también Alemania.

“Hemos visto un paso adelante, pero estamos lejos del final”, advirtió la canciller, quien afirmó que su objetivo es que Europa supere esta “prueba de fuego social, económica, cultural y moral”.

“El manejo de la actual crisis marcará durante largo tiempo nuestro continente”, manifestó antes de recordar, por ejemplo, que en estos momentos en determinados lugares no se respetan los “estándares mínimos” en la acogida de refugiados.

Merkel subrayó el acuerdo para luchar contra las causas de la crisis, reforzar las fronteras exteriores de la UE, crear centros de registro en los países a los que llegan los refugiados, acelerar la tramitación de las solicitudes de asilo y también expulsar con rapidez a quienes no tengan ese derecho.

A escala nacional y ante la reunión que mantendrá esta tarde con los primeros ministros de los estados federados, Merkel se comprometió a buscar soluciones para los problemas mas urgentes y agudos, pero también para afrontar el desafío de la integración a largo plazo.

Integración, avisó, exige el respeto a “las reglas y valores” que recoge la Constitución alemana, y también aprender el idioma.

Merkel, quien recordó que desde la Segunda Guerra Mundial no se han registrado una crisis similar de refugiados, insistió en que no se trata sólo de un desafío alemán, sino que es “un reto europeo y global”, por lo que hay que cooperar con todos los actores, desde Estados Unidos a Rusia.

La canciller destacó también el acuerdo de apoyar con 1.000 millones de euros a las agencias de Naciones Unidas que trabajan con los refugiados y la apuesta por reforzar la cooperación con Turquía.