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La UE solo logra acuerdos mínimos para contener la ola migratoria

El pulso con los países del Este frena medidas de calado en la crisis.

El País, Lucía Abellán, 23-09-2015

Las heridas abiertas entre países por la crisis de refugiados lastraron la cumbre europea de emergencia celebrada este miércoles en Bruselas. Pese al intento de pasar página al polémico reparto de refugiados, ya pactado, el malestar entre líderes y la falta de un criterio común frenó la adopción de medidas de calado. Los únicos acuerdos previstos se centraban en la idea de contener los flujos migratorios: dinero para los países vecinos de Siria y mayor control de las fronteras exteriores de la UE.

La idea de convocar un Consejo Europeo en medio del drama de refugiados al que asiste Europa pretendía contrarrestar la imagen de división e inacción ofrecida hasta ahora. El presidente del Consejo, Donald Tusk, intentó pasar página a la distribución de refugiados acordada un día antes por los ministros del Interior, pero el primer ministro eslovaco, Robert Fico —uno de los más críticos con el sistema de cuotas— intervino al principio del encuentro para criticarla, según fuentes diplomáticas.

Antes de llegar a Bruselas, el mandatario eslovaco había lanzado ya un órdago a esa medida, ratificada con el voto en contra de cuatro Estados, entre ellos el suyo. Lejos de acatarla, Fico aseguró que la llevará a los tribunales. “No la aplicaremos”, zanjó. Poco después, el presidente de los socialdemócratas europeos en la Eurocámara, Gianni Pittella, pidió de manera insólita la suspensión de pertenencia al partido europeo de este dirigente.

También el polémico primer ministro húngaro, Viktor Orbán, llegó a la reunión con la intención de desbrozar ante los líderes su plan para hacer frente a la crisis de refugiados, basado en reforzar el control de fronteras. Al igual que Fico, Orbán había caldeado el ambiente al criticar el “imperialismo moral” germano precisamente desde Alemania, donde compareció arropado por Horst Seehofer, líder de la CSU, el partido bávaro hermano de la formación de Angela Merkel, la CDU.

Pese a esos prolegómenos, la mayor parte de los líderes acudía al encuentro con voluntad de superar las rencillas exhibidas en las últimas semanas. “El debate no puede estar basado en emociones porque las decisiones hay que adoptarlas con racionalidad”, reflexionaban fuentes diplomáticas de un país del Este que finalmente respaldó las cuotas. Tusk tenía la intención de presentar el debate de manera menos maniquea que la trasladada hasta ahora: la solución a la crisis de refugiados se traduce en poner vallas o en abrir las puertas a todos los refugiados.

Para poder adoptar medidas que no requiriesen largas negociaciones, los líderes europeos optaron por el ámbito donde les resulta más fácil el acuerdo: las medidas destinadas a frenar los flujos de migrantes. Los dirigentes de la UE consideran que la llegada en poco tiempo de un ingente número de refugiados obedece en buena medida a que la ayuda prestada en los países vecinos escasea. Y por eso pretendían aprobar un desembolso inmediato de 1.000 millones de euros para que la ONU pueda atender mejor a los refugiados.

También se pretende fomentar el diálogo con Turquía, país del que proviene buena parte de los refugiados que llaman ahora a las puertas de Europa, para que controle mejor esos flujos. Y, sin mayores concreciones, los líderes quieren reforzar los controles de las fronteras exteriores de la UE, un objetivo siempre invocado pero que en la práctica cada país traduce de manera diferente.

Con el fin de armonizar esos controles, el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, anunció que presentará una propuesta firme a final de año para la creación de un cuerpo europeo de control de fronteras marítimas, algo que hasta ahora gestionan los Estados miembros.

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