Aslan y Rose son dos de los miles de refugiados que emprenden un largo camino hacia Europa huyendo de las miserias de la guerra. Ambos llevan a sus espaldas más de 500 kilómetros, procedentes de la ciudad siria de Damasco. Han cruzado el Mediterráneo y medio continente europeo. Son dos compañeros de viaje inseparables. Pero a su paso la gente se sorprende. La compañía del joven de 17 años es un pequeño cachorro de raza nórdica que alegra el exilio de su amo recorriendo el camino a su lado dando saltos juguetones.

Cuando a Aslan se le pregunta por qué todo su equipaje es una pequeña mochila, y sin embargo, porta una voluptuosa maleta con el animal, su respuesta es simple. “Porque amo a mi perro. Lo necesito”. Para poder cruzar el Mediterráneo con el animal, incluso le hizo un pasaporte.

Las imágenes han sido difundidas por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados en un vídeo que suma cerca de cinco millones de reproducciones en la página de Facebook de la organización. Aslan es sólo uno de los refugiados que abandonan sus hogares, pero nunca a sus mascotas.