Cae un grupo nigeriano que empleaba ritos para prostituir a mujeres en Palma
Dos víctimas han sido liberadas y 30 personas han resultado detenidas durante el operativo.
El Periodico, , 23-09-2015Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal, integrada por ciudadanos nigerianos, dedicada a la explotación sexual de mujeres y a cometer sustracciones en zonas de ocio de Palma de Mallorca.
En un comunicado, fuentes de la policía han destacado que el medio empleado por los responsables de la organización para someter a sus víctimas, además de agresiones físicas y amenazas a ellas y a sus familiares, era la realización de rituales de yuyu-vudú, con los que obtenían su plena obediencia.
Dos mujeres han sido liberadas y 30 personas han resultado detenidas durante el operativo.
INICIO DE LAS INVESTIGACIONES
Las mismas fuentes han apuntado que las investigaciones se iniciaron en abril, momento en el que los agentes observaron un incremento de robos y hurtos sufridos por turistas en las zonas de ocio de Palma.
Las víctimas de las sustracciones manifestaron que mujeres nigerianas se les acercaban ofertando servicios sexuales. En concreto, provocaban el contacto físico abalanzándose sobre ellos y les sustraían teléfonos móviles, relojes o las joyas que llevaran en ese momento. Estos objetos eran escondidos inicialmente entre la vegetación y recuperados horas después por las responsables de las sustracciones.
Las acciones normalmente no eran violentas, pero, en caso de considerarlo necesario, recurrían a ella. En alguna ocasión emplearon incluso una pistola de descargas eléctricas.
Tras llevar a cabo las primeras indagaciones, los agentes observaron que estas mujeres actuaban de forma coordinada. Comprobaron también que se trataba de un grupo bastante amplio de personas y que además presentaba un marcado carácter jerárquico.
Asimismo, también se evidenció que su actividad iba más allá de los robos en zonas de ocio de Palma, sumando a esta actividad delictiva la explotación sexual de mujeres.
ROBO DE JOYAS
Las responsables de ejercer el control sobre las jóvenes víctimas se ocupaban también de repartir las ganancias y de la venta a intermediarios de los efectos sustraídos, especialmente las joyas.
Las líderes del entramado ejercían un estricto control sobre las mujeres a las que exigían abonar una elevada deuda en concepto de gastos de viaje desde Nigeria, que les era imposible saldar.
Las jóvenes eran víctimas de agresiones y amenazas, extensibles en algunos casos a sus familiares, y sometían su voluntad mediante ritos de yuyu-vudú para evitar una posible huída.
Todo lo sustraído se dividía entre establecimientos comerciales de Palma de Mallorca y, lo de mayor valor, se almacenaba en una vivienda propiedad de la máxima responsable de la organización ubicada en la localidad sevillana de Bormujos, a la espera de exportarlo a Nigeria.
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