No cabe duda de que el incesante flujo de refugiados supone el mayor reto para Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Especialmente para Alemania, que espera recibir entre 800.000 y un millón de personas solo este año. Pero más allá de la dimensión humanitaria y financiera, la crisis migratoria también ha avivado el temor a la amenaza terrorista en Alemania. Los servicios de inteligencia advirtieron ayer de que, al margen de que muchos salafistas puedan hacerse pasar por refugiados para entrar al país, el verdadero peligro es que los islamistas se intenten aprovechar de la coyuntura para hacer proselitismo y reclutar a solicitantes de asilo.

Sobre todo los «jóvenes refugiados que no vienen acompañados» podrían ser «presa fácil», señaló ayer el presidente de la Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV), Hans-Georg Maaßen. Las autoridades ya han detectado algunos intentos de establecer contacto. «Hay numerosos avisos de islamistas que se dirigen a centros de acogida para reclutar a refugiados para la yihad», declaró la titular de Justicia del Estado federado de Hesse, Eva Kühne-Hörmann. La política cristianodemócrata insiste en que la única solución pasa por penalizar las asociaciones criminales y terroristas.

La BfV hizo hincapié en que, pese a haber indicios, aún no hay pruebas concluyentes de que «grupos yihadistas hayan utilizado la oleada de refugiados para infiltrarse en territorio alemán». La edición digital de Spiegel desveló que la policía investiga en estos momentos a unos 60 sospechosos. Probablemente porque el Estado Islámico y sus ramificaciones cuentan con recursos suficientes para conseguir fácilmente billetes de avión o documentación falsa para los miles de alemanes que se ofrecen voluntarios cada año para luchar en las filas de la organización terrorista.

Según los servicios secretos de Interior, la cifra de salafistas radicales en Alemania pasó de 7.500 el pasado junio a 7.900 en septiembre. Y el número de radicales que apusta por el orden islámico como única forma de Estado se ha duplicado desde 2011, cuando se situaba en 3.800.

Entretanto la lucha contra el yihadismo se ha intensificado. Después de que la semana pasada la policía abatiera a tiros a un islamista que atacó a un agente con un cuchillo, ayer hubo redadas simultáneas en varios edificios de la capital alemana, entre otros la asociación de una mezquita. Al parecer, la operación se enmarca en una investigación que llevan a cabo desde hace meses las autoridades.

Noruega también incrementará los controles en sus fronteras
Noruega no se quedará atrás ya que su ministerio de Justicia ha anunciado un aumento de los controles fronterizos con la intención, dice, de «conocer lo antes posible la identidad y los antecedentes de las personas que llegan al país, entre otras cosas para evitar la inmigración ilegal y combatir la delincuencia internacional». Según informa Efe, el ministro noruego de Exteriores, Børge Brende, advirtió ayer en Beirut de que la guerra siria podría extenderse también a Europa, por lo que «encontrar una solución política debe constituir una prioridad para las Naciones Unidas».

«En la actualidad estamos frente a dos alternativas: construir Siria o destruir ese país, la región y Europa», dijo el responsable noruego. En su opinión, la inestabilidad y la destrucción llegarán a Europa si esta «fracasa en ejercer presión para frenar el casos que afecta no solo a Siria, sino a toda la región». El ministro noruego lamentó la escasas ayudas humanitarias.