El acto tenía su morbo: Xavier García Albiol, artífice del lema Limpiando Badalona, yendo de visita al barrio de Ca n’Anglada de Terrassa, una zona con un elevado número de inmigrantes que en 1999 y el 2003 registró brotes de xenofobia debido a los problemas de convivencia. Pues bien. El candidato popular paseó por varias calles para pedir el voto a los vecinos y en todas las ocasiones su primera pregunta era si eran independentistas o no, cuestión que acompañaba con las advertencias de romper lazos sentimentales con España y quedarse sin pensiones.

Hasta que dos hombres de origen magrebí se sumaron a la comitiva para recriminarle su actitud con la inmigración. Uno de ellos llevaba además unos folletos con el lema No votis racisme, no votis Albiol, y otra mujer ataviada con el velo le acusó también de racista y de marginar a los inmigrantes, lo que avivó la tensión con algunos acompañantes del dirigente del PP.

El candidato, a quien solo dos ciudadanos le pidieron que siga limpiando, insistió en que él no rechaza la inmigración, siempre que sea «ordenada y legal». Tampoco tuvo reparos en responder que él aboga por primar la inmigración de origen hispanohablante y no dar ciertas ayudas públicas (las básicas sí ) a los recién llegados.