«¿Podría mirarnos a los ojos y decirnos que hacen falta más odontólogos?». Desde el «exilio forzoso» por el que tuvieron que optar para ganarse la vida, un grupo de jóvenes graduados en Odontología por la Universidad de Murcia (UMU) han remitido una sentida carta con esa pregunta dirigida al presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, para tratar de convencerle con sus argumentos y vivencias de que no autorice el grado a la Universidad Católica (UCAM).

La implantación del título (que ya se imparte en la Universidad de Murcia) en la Universidad Católica ha recibido el informe favorable del Consejo Interuniversitario, a pesar de los argumentos en contra de los colegios profesionales y de la Academia de Ciencias, que han alertado en sus memorias de la elevada tasa de paro en la profesión. La puesta en marcha del título está pendiente de la decisión del Gobierno regional, a quien apelan los jóvenes exiliados en su misiva.

Desde diferentes destinos de Francia, Reino Unido, Tailandia y Holanda, los once jóvenes odontólogos explican a Sánchez en su carta que, a causa de la crisis económica «y, principalmente, por la plétora profesional que sufre la Odontología, hemos tenido que emigrar al extranjero para poder ejercer nuestra profesión de una manera al menos digna. Así estamos decenas de murcianos, centenares de españoles», alertan.

Los exiliados recuerdan al presidente del Ejecutivo regional que «detrás de cada joven que emigra, aunque podamos ganarnos la vida dignamente, hay un drama. No solo el drama familiar de ver a un ser querido fuera, sino un drama social, ya que nuestro sistema ve cómo invierte medios y esfuerzos en jóvenes preparados que se alejan para ser un valioso recurso humano en otro país».

Los jóvenes, graduados por la UMU y otras universidades limítrofes, como la de Alicante, han estado siguiendo estos días «atónitos» a través de internet la polémica por la implantación de Odontología en la UCAM, y se lamentan de que la decisión «se dirima en base a cuestiones políticas y a determinados intereses». Las consecuencias de la implantación de Odontología en la Católica serán, a juicio de los odontólogos exiliados, negativas para todos: «Pierden los profesionales en ejercicio, pues se garantizan situaciones de sobreexplotación. Pierde la sociedad, pues sufrirá un inevitable detrimento en la calidad asistencial. Pierden los estudiantes, pues se les aboca a un seguro futuro incierto. Pierden sus familias, pues van a invertir miles de euros en el billete al extranjero más caro que pueda haber. Pierde su Gobierno, por el coste político de ir contra el clamor de todos los sectores sociales que han opinado. En este asunto solo hay un ganador: la institución privada solicitante», denuncian.

Los jóvenes murcianos en el extranjero terminan su carta, dirigida personalmente al presidente Sánchez, pidiéndole que reconsidere su decisión que, «al hilo de sus declaraciones y de las de su consejera de Educación, parece ya tomada. Que nadie busque en nuestro sentimiento razones políticas o ideológicas. Solo somos odontólogos en el exilio laboral. Católicos y no católicos, de todas las ideologías», concluyen la misiva, firmada con los nombres, el DNI y el país de destino de los once jóvenes.