Familias guipuzcoanas dispuestas a acoger a refugiados sirios en sus viviendas

Somaya, Koro y Tomás: «Tenemos un cuarto libre y se lo ofrecemos, eso es todo»

Diario Vasco, ANA VOZMEDIANO | SAN SEBASTIÁN, 21-09-2015

Somaya Bujarat llegó hace quince años a Cataluña desde Marruecos para reunirse con el que ahora es su exmarido. Desde hace seis meses vive en San Sebastián, hasta donde llegó para estrenar una vida nueva y hoy es una de las primeras familias que han decidido ofrecer a la Diputación una habitación en su casa y algo más: acompañar a quienes lleguen de Siria e Irak a la consulta del médico, a una oficina para presentar papeles, a un psicólogo, a la compra…

Porque Somaya sabe lo que es llegar a un país desconocido aunque no viajara en patera, sin amigos y con el idioma como barrera infranqueable a la hora de realizar el trámite más sencillo. Es pensionista, tiene tiempo libre y quiere ayudar.

Arrimar el hombro, como ha hecho ya otras veces, es lo que le ha llevado también a Koro del Santo a poner a disposición de la Diputación lo que ella llama su habitación de invitado. Koro vive en Urnieta, es auxiliar administrativa de Osakidetza desde hace 27 años aunque todavía debe consolidar su puesto de trabajo con una oposición. Su cuarto es amplio, tiene una cama nido y es bien conocida por sus sobrinos y por otras personas que han llegado a Gipuzkoa como asilados; como un niño saharaui que pasó en su casa las vacaciones, dos chicas de este mismo pueblo árabe que cursaban estudios becadas por el Frente Solitario o un joven mauritano que huía de un país en el que era un esclavo. O por patinadores que comparten esa aficion con Koro.

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