Desde la Avenida de Tolosa

Un lamento por Siria

Diario de noticias de Gipuzkoa, Por Adolfo Roldán, 20-09-2015

Hoy publicamos una entrevista con Moain Saleh, un pediatra sirio que lleva 44 años en Euskadi. A través de la pluma de mi amigo Julio Flor, ha desgranado la realidad sangrante de Siria, que fue un país con una cultura milenaria, y una población respetuosa con la diversidad. “Siria se había convertido en el Estado más preparado de la región, con toda su gente joven estudiando y formándose en Alemania, Rusia, Francia… en todos los campos del saber”. “En Siria, relata, vivíamos gentes pertenecientes a 16 etnias y con 16 idiomas. Convivíamos sin problema alguno en los mismos barrios con familias kurdas, armenias, chechenas, turcas. Juntos musulmanes y cristianos. Era algo que resultaba al parecer molesto para los países de la zona, donde pesa mucho la religión. En Siria la Constitución es laica, la religión pinta lo justo y el respeto era fundamental”.

Comenta que hasta ahora, nunca en Euskadi le habían hecho preguntas sobre Siria, prácticamente solo se conocía su nombre y tal vez su ubicación geográfica. Ahora que su país no existe, ahora que se desangra camino del exilio, si le paran en la calle para preguntarle de quién es la culpa de lo que ocurre allí. “Tras cuatro años y medio de guerra, todo ha sido arrasado. Cientos de miles de personas inocentes han muerto, las infraestructuras han sido destruidas, ya no hay hospitales, ni colegios, ni centrales eléctricas, y 2,6 millones de niños (los que han podido sobrevivir) están sin colegios”. “Lo que ocurre en Siria, cuenta con un suspiro, es mucho más que una guerra. ¿De quién es la culpa? De todos. Nadie quiere parar la guerra. Allí están Irán y Rusia, de un lado. Del otro, Arabia Saudí, Catar y Turquía, con el apoyo de Europa y Estados Unidos. Ninguno habla de solución. Cada cual equipa a sus ejércitos, con armas y dinero”. Termina, con una confesión sobre los refugiados. “Mis hermanos no quieren emigrar por nada del mundo, porque saben que la emigración no nos traerá nada bueno”. Solo más muerte y miseria.

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