Euskadi hoy
El ‘zasca’ de Sabbah a Maroto
Deia, , 20-09-2015los valores emergentes del PP tras las elecciones de mayo me hacen pensar que definitivamente la derecha española se ha saltado un estadio, el del conservadurismo europeo ligado a la democracia cristiana, para pasar directamente del franquismo a la derecha de tintes racistas tan en boga en diferentes Estados europeos.
Lo de premiar a García Albiol, candidato a presidente de la Generalitat, y a Javier Maroto (vicesecretario de política sectorial) en la promoción interna supone un refuerzo de sus discursos xenófobos. Algún estratega de Génova ha decidido que sus buenos resultados en Badalona y Gasteiz, pese a haber perdido las alcaldías, suponen una garantía para futuras citas electorales. Lo de que las elecciones se ganan en el centro ha pasado a mejor vida.
Quien tuvo, retuvo; y aquel Maroto que nunca pidió perdón por señalar a sus convecinos del Magreb como delincuentes sigue con su particular cruzada. Esta vez, dando por hecho lo que no está comprobado: que en la oleada de refugiados que huyen de la guerra en Siria se han colado “muchos yihadistas que cualquier día ponen una bomba en nuestras ciudades”. Me gustaría que Maroto explicara cuántos son “muchos”, qué información tiene que avale el aserto, qué ciudades van a ser las atacadas, cómo de “nuestras” son esas ciudades, etc. Solo le faltó decir que por las vallas húngaras o en los espinos de Melilla merodean el coco y el hombre del saco y, por supuesto, son sirios musulmanes que quieren cobrar la RGI para comerse después a niños blancos.
La mejor contestación la dio, precisamente, una vitoriana. Fue en el programa Minuto a minuto la noche del miércoles en ETB. Sabbah Kauouk (sí, señor Maroto, es una mujer siria tan vitoriana como usted) le reprochó que hable a la ligera de un problema complejo, advirtió de que su ignorancia siembra semillas de odio hacia unos refugiados que lo que necesitan es ayuda urgente y, atención al sentido común, recordó que quienes huyen de una guerra no lo hacen por gusto y habitualmente son los mejor preparados de esas sociedades. Ahora que está de moda: le dio unos cuantos zascas.
En fin, que le dijo al exalcalde unas cuantas verdades que ni siquiera una genérica apelación a la seguridad anularían. La vieja estrategia de meter miedo no funciona si la sociedad está bien informada.
La información es un arma poderosa frente al populismo. Sabbah la emplea muy bien porque sabe de lo que habla, mientras que Maroto recita el mantra del ultraderechismo que va del Jobbik húngaro al UKIP británico pasando por el Frente Nacional francés; un populismo en serie con variantes autóctonas pero el mismo discurso troncal: “cuidado con los de fuera”.
Es posible, y hasta probable, que el PP retenga con este discurso (el de García Albiol es aún más descarado) un núcleo duro de votantes, pero no parece una estrategia muy adecuada si se trata de gobernar sin obtener la mayoría absoluta. Es un doble o nada. De momento, pese a ganar en mayo en sus feudos, ni el catalán ni el alavés gobiernan.
Las últimas declaraciones de Maroto no hacen sino ratificar que su desalojo de la Alcaldía de Gasteiz estaba más que justificado, que aquel requiebro de última hora mostrando algo parecido a un arrepentimiento fue un mero señuelo. Y qué decir de García Albiol: “yo no consentiré que se pongan a rezar y hacer oraciones 500 personas cada viernes y 2.500 para el ramadán” o “el colectivo gitano rumano que se ha instalado en Badalona ha venido a delinquir”. Ese es el candidato a presidente de la Generalitat de un partido que, por lo demás, habla de unidad y convivencia en Catalunya y en España.
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