Una niña de cinco años muere al naufragar un bote con refugiados en Lesbos

La Razón, Aitor SAÉZ. , 20-09-2015

Una niña de cinco años murió ahogada ayer en el naufragio de un bote cerca de la costa de la isla griega de Lesbos. Una víctima más del éxodo forzado desde Oriente Medio hacia Europa. Todavía no se sabe el nombre de la pequeña, o aún no se ha facilitado a la Prensa. Como en la mayoría de las más de 3.000 muertes en el Mediterráneo en lo que va de año, su cadáver se ha convertido en una cifra. La Guardia Costera helena logró rescatar a otras 12 personas a bordo, aunque los supervivientes aseguran que en la embarcación de plástico viajaban 26. Según la agencia Amna, una patrulla acudió al lugar del suceso después de que un guardacostas observara al bote en dificultades desde una torre de control. Este mes se han producido 60 muertes en el mar Egeo en tres naufragios, el último la semana pasada con el ahogamiento de 34 personas cerca de la isla de Farmakonisi. Ese trayecto por mar, normalmente en pequeños botes sobrecargados, es la etapa más peligrosa en la huida desde Oriente Medio hacia el norte de Europa. Muchos de los refugiados con los que ha hablado LA RAZÓN coinciden en que «sientes pánico» y «ves la muerte de cerca». Como muestran los rostros desencajados y llantos al pisar suelo europeo.

La larga travesía, sin embargo, les depara todavía numerosos obstáculos, que en los últimos días han aumentado por el rechazo de varios países a permitir la entrada en sus territorios. Croacia –ruta alternativa para miles de refugiados desde que Hungría selló su frontera el martes– abrió las puertas a los recién llegados. Una bienvenida muy corta. El Gobierno croata anunció ayer que ha enviado a Hungría y a Eslovenia la mayor parte de los estimados 20.000 refugiados que entraron al país desde el miércoles. En el centro de recepción de Tovarnik, en la frontera con Serbia, tan sólo quedan 2.000 exiliados, tal y como indicó el ministro del Interior croata, quien no precisó el número de personas que han logrado salir del país. De momento, según él, Eslovenia ha abierto dos de sus pasos para permitir la entrada. Ese baile de cifras y «traspaso» de refugiados ha desatado también el malestar entre algunos gobiernos europeos. Hungría acusó a Croacia de «renunciar a la cooperación con la UE» y de «mentir a todos». Según el ministro de Exteriores húngaro, es «mentira» que los dos países vecinos con Croacia hayan acordado el traslado de miles de refugiados. Casi 10.000 exiliados han llegado a Hungría en los últimos dos días, transportados por las propias autoridades croatas. Una práctica que Croacia continuará realizando en los próximos días.

Hungría respondió a esa intención con la amenaza de vetar la entrada de Croacia en el espacio Schengen si no modifica su política fronteriza. Un órdago que ya se ha lanzado varias veces por parte de algunos gobiernos desde el inicio de la crisis migratoria. «Para entrar en la zona Schengen hay una condición, y es que el país se comprometa a defender las fronteras exteriores de Europa», afirmó un miembro del Gobierno húngaro, para añadir que «también incumple esto fehacientemente y por eso no está preparada para ingresar en Schengen». Hungría cifra en 8.000 los inmigrantes que entraron el viernes desde Croacia. Un flujo que podría mantenerse al mismo ritmo si no hay un giro por parte del país vecino. La masiva llegada de refugiados este verano ha desbordado no sólo a las islas griegas, sino, en términos políticos, a la propia UE. La tardía respuesta todavía no se ha concretado. La última propuesta la realizaron ayer Alemania y Austria al exigir un paquete inmediato de ayuda por valor de 5.000 millones de euros destinados a la mejora de los campos de refugiados en Oriente Medio.

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