«Se agradece las muestras de solidaridad de instituciones y de empresas privadas, pero éste es un procedimiento europeo y se establecen mecanismos que tenemos que respetar, así como la garantía de que lo hagamos bien». La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, frenaba de esta forma ayer las pretensión de la Generalitat de fletar un barco desde Valencia la primera semana de noviembre para traer a la Comunitat Valenciana a 1.100 refugiados, tal y como habían anunciado horas antes el presidente, Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra.

Los máximos mandatarios de la Generalitat aceptaron en la mañana de ayer el ofrecimiento del presidente de Baleària, Adolfo Utor, de poner a disposición del Consell el buque Martín i Soler para trasladar a más un millar de refugiados sirios a Valencia. Sin embargo, y pese a mostrarse agradecida por la oferta, Sáez de Santamaría replicó que debe ser la Comisión Europea quien centralice la coordinación del dispositivo. «Trabajamos en un protocolo común que permita centralizar los esfuerzos de todas las administraciones, porque todas son diferentes y cada una aporta unas cosas. Tenemos que ver cuáles son los mejores recursos y que podamos dar la mejor respuesta», resumió.

La idea de la Generalitat se centra en enviar el citado barco a principios de noviembre a la isla griega de Lesbos, en la que se acumulan buena parte de las víctimas del conflicto sirio, cargado con material humanitario y un centenar de técnicos, voluntarios y especialistas.

La elección de esta isla griega, situada a escasos kilómetros de la costa turca, responde, según Oltra, a que se trata de territorio europeo y que los trámites administrativos se podrán realizar con mayor celeridad que si se viajase a Turquía. Así, se estaba a la espera de que el Ministerio de Asuntos Exteriores pudiese formalizar un convenio bilateral de cooperación en materia de atención a refugiados con la Administración Descentralizada del Egeo y posteriormente autorizar este viaje.

Varias ONG que trabajan con los refugiados tendrían el embarque preparado y un primer diagnóstico de las personas que llegarían a Valencia incluyendo su estado de salud, si hay menores en edad escolar o posibles problemas con malnutrición. En la capital del Turia les esperaría el operativo de llegada, compuesto por medios sanitarios, educativos y traductores, y entre 1.300 y 1.600 plazas habilitadas en albergues de la Generalitat y entidades privadas.

«Estamos arrimando el hombro, creemos que el Gobierno estará satisfecho con esta iniciativa», apuntó Oltra, quien confirmó que la llegada de refugiados «entra en la cuota española». «Llega el invierno, no tenemos demasiado tiempo; estamos hartos de ver tanto ahogamiento», advirtió.

Sin embargo, preguntada por esta iniciativa, la vicepresidenta del Gobierno defendió que el trabajo para la acogida de refugiados debe estar «muy bien organizado» para evitar «problemas en el futuro» y abogó por ir «todos juntos» en este La vicepresidenta insistió en que se trata de un trabajo que tiene que estar «muy bien organizado». «Si lo hacemos ahora evitaremos problemas en el futuro. Tenemos que ir todos juntos. La Comisión Europeo así nos lo pide». Se trata, añadió, de crear un protocolo y un sistema común para poder integrar los ofrecimientos de cada comunidad autónoma y de cada una de las administraciones. «Hay que saber cuáles son los mejores recursos y de qué manera dar la mejor integración», agregó.

España creará de forma inmediata dos misiones de enlace que se enviarán a Italia y Grecia, con apoyo de las embajadas y oficinas consulares de ambos países para trabajar con funcionarios locales y definir los perfiles de los refugiados que quieran venir a España.