Behatokia
La puerta dorada
Deia, , 18-09-2015EN la base de la Estatua de la Libertad se puede leer un canto de bienvenida y acogida a las muchedumbres de refugiados e inmigrantes que llegaban a Nueva York de otros países. La autora del poema, Emma Lazarus, llama a la estatua “Madre de los Exilados” como signo de una América libre y acogedora, ella que era judía, de descendencia portuguesa. El Nuevo Coloso (que así se llama el poema, rememorando al Coloso de Rodas), es un canto a la libertad, a la solidaridad y a la acogida, bajo cuya sombra encontraron amparo millones de inmigrantes que buscaban una nueva vida. No fue solo un encargo más, pues la propia Lazarus se trasladaba casi a diario a la isla de Ellis para recibir y brindar una cálida acogida a las multitudes que venían huyendo de persecuciones y de guerras, esperando ansiosas el permiso para desembarcar en Nueva York.
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