Sólo el Gobierno se ha ocupado de los 9.000 sirios que han llegado desde 2013
La Razón, , 18-09-2015Ayuntamientos, colectivos sociales, personas a título particular, diputaciones… Hay una oleada solidaria para acoger a los miles de refugiados sirios que tratan de llegar a Europa escapando del siniestro Estado Islámico y del régimen de Bashar al Asad. Sin embargo, la entrada de sirios en Andalucía no es nueva. Más de 9.000 provenientes de Melilla han alcanzado la región desde que se acentuó la diáspora en el verano de 2013, tal y como informó ayer LA RAZÓN. En todo este tiempo, la única ayuda que han tenido ha sido la del Gobierno central. Concretamente la del Ministerio de Empleo en coordinación con un conjunto de oenegés, entre ellas Cruz Roja.
Representantes de siete consejerías –Salud, Igualdad, Empleo, Educación, Cultura, Interior y Fomento y Vivienda– se reunieron el pasado viernes para coordinar un plan de actuación y disponer los recursos materiales y humanos que correspondan. Interior también se ha reunido en los últimos días con las principales entidades que se dedican a prestar servicios a inmigrantes. Pero hasta ahora no ha existido ningún tipo de protocolo ni de asistencia específica para ayudar a las oenegés que se encargan de estas personas en centros de acogida repartidos por toda la comunidad.
La Junta está esperando a que el Gobierno central le comunique el cupo exacto de desplazados sirios que le corresponde a la región. Pero primero tienen que ponerse de acuerdo los 28 de la Unión Europea. Una vez que el Estado asigne el cupo, entonces será cuando el Ejecutivo autonómico, según señalan a este periódico fuentes de la Consejería de Justicia e Interior, valorará si pone sobre la mesa el hecho diferencial de la región. Y es que lleva acogiendo miles de refugiados mucho antes de que se agolparan en las fronteras de Hungría, Serbia, Alemania, Austria o Grecia. Lo que pone de relieve, por otra parte, que el titular de Justicia e Interior, Emilio de Llera, dio la cifra de los entre 2.000 y 3.000 refugiados que le corresponderán a Andalucía sin tener ningún tipo de base sólida.
El Gobierno se encarga de la atención a los refugiados sirios y a otros desplazados o inmigrantes a través del Plan de Acogida Integal en el que participan distintas oenegés, mediante un convenio de colaboración con la Secretaría General de Inmigración y Emigración dependiente del Ministerio de Empleo. La que mayor volumen de servicios presta es Cruz Roja. Cada semana recibe a las personas que son trasladadas en barco desde el Centro Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Y desde allí los trasladan a centros en distintas provincias andaluzas. Salvo uno que está en Valencia. Entre 2014 y 2015 han atendido a casi 3.000 refugiados sirios, prestando todo tipo de ayudas educativas, sanitarias o incluso de aprendizaje del español.
La llegada de refugiados sirios a Andalucía se concentra por la ruta de Melilla. En el Centro Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta sólo hay actualmente cinco personas provenientes de este país. En los dos últimos años, el número total ronda los 300, según fuentes de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma. El mayor volumen de entradas se produjo en 2014. Este año han sido prácticamente testimoniales. El motivo no es otro que el camino trazado por las mafias. Los refugiados tienen protección internacional y pueden pasar libremente la frontera. Pero tienen que pasar miles de kilómetros y enfrentarse a continuas extorsiones.
La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha centrado sus críticas en la actuación del Gobierno central. El lunes aseguró que ha sido «lento y cicatero», la misma lentitud que achacó también a la Unión Europea. Ayer volvió a referirse a la crisis de los refugiados. Garantizó, en una entrevista en la Candena Ser, que la comunidad acogerá a refugiados procedentes de Siria porque es una tierra «solidaria» y porque no estamos ante una «migración económica», sino que se trata de gente que se está jugando la vida y si no vienen a Europa, los matan en sus países. «España no puede esperar a que Europa le diga lo que tiene que hacer», deslizó.
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