Prejuicios explosivos

Un niño musulmán de 14 años es esposado y detenido en EE UU al confundir su profesora un reloj que él mismo había fabricado con una bomba

El Correo, ANDRÉS JIMÉNEZ, 18-09-2015

Ser un manitas y musulmán no está bien visto. Como mínimo despierta sospechas. Es lo que le pasó a Ahmed Mohamed, un chaval de 14 años que fabricó un reloj con sus propias manos en Texas. Por desgracia nadie se fijó en su habilidad, sino en el parecido de su invento con una bomba, lo que dio lugar a que fuera detenido y maniatado. Pero al final el talento siempre es recompensado. El presidente de EE UU, Barack Obama, ha invitado al precoz inventor a la Casa Blanca, mientras que el fundador de Facebook, Mark Zuckeberg, ha dicho que la destreza y la ambición del joven merecen el aplauso.

Mohamed, un chico especialmente dotado para la electrónica y que repara los aparatos de radio en su casa, no hizo caso a su profesor de ingeniería del instituto de Irving, quien le recomendó al ver su reloj que no lo mostrara a nadie.

Los malos augurios se cumplieron. El estudiante guardó su artilugio en una mochila, pero durante la clase de inglés el artefacto emitió un pitido, la profesora lo descubrió y decidió llamar a la Policía, temerosa de que aquello fuera un explosivo. Según contó Mohamed al ‘Dallas Morning News’, cuatro agentes le condujeron a una habitación, rebuscaron en sus cosas y se llevaron su tableta y su reloj, al tiempo que era esposado y trasladado a un centro de detención juvenil. A la Policía aquel cacharro con cables y del tamaño de un maletín no le hizo la menor gracia. La foto que capta el instante en que el adolescente, que vestía una camiseta de la NASA y miraba estupefacto a la cámara, es esposado y llevado a dependencias policiales corrió como la pólvora en internet.

Hay gente que quiere ser más papista que el Papa. Haciendo gala de un celo policial con el que al final ha hecho el ridículo, el director de la escuela castigó al alumno con no pisar la escuela en tres días. Nadie esperaba, sin embargo, que se suscitara tal oleada de solidaridad en las redes sociales a favor del precoz relojero. En Twitter abundaron los mensajes de apoyo a Ahmed. Y sobre todo nadie pensaba que hasta el propio Obama iba a terciar en el asunto. «Qué reloj tan genial, Ahmed. ¿Quieres traerlo a la Casa Blanca? Deberíamos inspirar a más niños como tú para que les guste la ciencia. Es lo que hace grande a Estados Unidos», escribió Obama en Twitter. Y Zuckeberg no se quedó atrás. «Tener la habilidad y la ambición de construir algo genial debería conducir al aplauso, no al arresto. El futuro pertenece a gente como Ahmed», señaló.

Lo ocurrido trasciende el terreno de la anécdota. Trasluce las tensiones con la comunidad musulmana que se vive en Irving, donde la alcaldesa, Beth Van Duyne, dio alas a un rumor que hablaba de un complot para implantar la ley islámica en la ciudad. El padre de Ahmed cree que las cosas han ido demasiado lejos y ha decidido cambiar al chico de colegio. A partir de ahora estudiará en un centro privado, con la esperanza de que no haya arraigado en él la psicosis antiterrorista.

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