La UE fuerza una cumbre para llegar a un acuerdo

El Periodico, SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS, 18-09-2015

Los gobiernos de la Unión Europea ya no tienen excusas. Aunque el visto bueno este jueves del Parlamento Europeo – por 372 votos a favor y 124 en contra – a la propuesta de reubicación de emergencia de otros 120.000 refugiados no es vinculante, sí es toda una señal política de lo que esperan los grandes grupos de la Cámara ante las dos importantes citas convocadas la próxima semana a nivel comunitario para tratar de dar solución a una crisis que se agrava cada minuto. El martes se reunirán de forma extraordinaria los ministros del Interior para rectificar el fiasco del pasado lunes. Un día después se celebará una reunión informal de jefes de Estado y de Gobierno, según anunció el presidente de la UE, Donald Tusk, en respuesta a la petición de Viena y Berlín.

Salvo los conservadores británicos, la ultraderecha y parte de los euroescépticos, el grueso de la Cámara optaba este jueves por respaldar el mecanismo obligatorio propuesto por la Comisión para ayudar a reubicar 50.400 refugiados de Grecia, 15.600 de Italia y 54.000 de Hungría. Son muchos los que critican la lentitud de los ejecutivos y la tibieza de la respuesta pero la mayoría confían en que la UE sabrá finalmente estar a la altura. «Esta votación muestra que el Parlamento está preparado para trabajar a toda velocidad para articular una respuesta sólida a la crisis de refugiados. Esperamos que el Consejo adopte una actitud de diálogo constructivo», señaló el laborista británico Claude Moraes, presidente de la comisión de libertades, tras la aprobación de la resolución por la vía de urgencia.

El resultado hasta ahora deja bastante que desear. Los Veintiocho fueron incapaces el lunes de acordar la distribución de los 120.000 refugiados, esencialmente porque Bruselas plantea un reparto obligatorio con cuotas y son varios los que exigen un carácter voluntario. Entre los más críticos está Hungría, un país que ha cerrado a cal y canto sus fronteras y que ha endurecido la legislación criminalizando la entrada ilegal en el país. Hasta este país se acercó este jueves el comisario europeo de Interior, Dimitris Avramopoulos, un día después de que la policía utilizara gases lacrimógenos contra inmigrantes y refugiados.

Avramopoulos, que compareció en compañía de varios ministros del Gobierno de Viktor Orbán, evitó entrar en polémica, se limitó a insistir en que los muros no son la solución y pidió a Budapest que no bloquee el sistema de reparto aunque no quiera beneficiarse de él. «Se que Hungría no se considera país de primera línea y respeto su posición pero les pido avanzar para para aliviar la presión de Grecia e Italia. Estamos dispuestos a ayudar a Hungría con otros medios», explicó.

Según el Gobierno húngaro, estos medios pasan por un despliegue de una fuerza europea de control de fronteras, especialmente en Grecia, y más ayuda directa a los países que acogen campos de refugiados como Líbano, Jordania o Turquía o los Balcanes occidentales. La diplomacia europea seguirá trabajando hasta el último minuto para evitar un nuevo choque de trenes que sería catastrófico para la credibilidad de la UE.

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