La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que abanderó la iniciativa Ciudad Refugio, de poner las ciudades al servicio de la acogida a refugiados de guerra, ha explicado este jueves que viajará junto a un equipo técnico a zonas de tránsito de personas que huyen, así como a ciudades que ya les acogen. La idea es conocer de cerca las necesidades de los refugiados y cómo afrontan las ciudades su llegada. La alcaldesa ha explicado también que Barcelona destinará 10 millones de euros del superávit previsto a ayudar a las entidades que están trabajando sobre el terreno.

Colau ha querido dejar claro que la crisis humanitaria que afronta Europa no pasa solo por la acogida de los refugiados, sino también por su integración, porque según “dicen los expertos, va para largo”. Se trata, ha dicho la alcaldesa, de “la acogida y la integración, la incorporación a la ciudadanía de pleno derecho”. El plan Ciudad Refugio colgará, ha explicado, directamente de alcaldía y su coordinador será Ignasi Calvó, experto con larga trayectoria en cooperación.

Sobre la cuestión concreta de la llegada de refugiados, Colau ha asegurado que la ciudad tiene capacidad para acoger a “2.000, 3.000 o 4.000 personas, las que haga falta” y que ultiman un plan para poner todo el dispositivo en marcha. La alcaldesa no ha aclarado dónde serán alojados, pero, en cualquier caso, ha subrayado que no está previsto el alojamiento de refugiados en casas particulares. Sí será bienvenido cualquier ofrecimiento de un piso vacío, ha añadido.

Colau mantiene sus críticas a la actuación de los estados de Europa y ha repetido que se “avergüenza” de la del Estado español. “No es solo tema de derechos humanos sino de credibilidad y supervivencia de Europa, esta gente no desaparecerá, si huyen es porque se enfrentan a la guerra y a la tortura”. La alcaldesa ha culpado a los estados de, al posponer soluciones, “provocar más dolor y sufrimiento, como las imágenes insoportables que nos llegan de Hungría”.