El polémico 'decretazo' del Islam
El Mundo, , 17-09-2015«Democracia sí, pero para los musulmanes ¿no?». La pregunta figuraba en una pancarta blanca que sujetaba, a las puertas del Ministerio de Justicia en Madrid, un joven musulmán con camisa vaquera y zapatillas deportivas de color chillón. «No al decretazo» «El islam no se vende», se leía en otras cartulinas que sujetaban chicos con la misma estética.
Unos 200 musulmanes –mujeres con velo y alguna sin él, niños, hombres, jóvenes y adolescentes nacidos en España– se concentraron ayer para mostrar su rechazo al proyecto de Real Decreto elaborado por el Ministerio de Justicia, por el que pretende crear la figura del Presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), el órgano de representación de los musulmanes, y eliminar los dos cargos de secretarios generales que existen en la actualidad. La intención del Gobierno es, según figura en el texto de la normativa, «encontrar un interlocutor eficaz ante el Estado».
Hasta ahora, la CIE es el interlocutor único y tiene una estructura bicéfala, que está compuesta por dos federaciones distintas y con poca sintonía entre ellas: la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), presidida por Mounir Benjelloun, y la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), que está liderada por Ryad Tatari. Según el Ministerio, esta bicefalia «ha impedido al organismo situarse como órgano representativo del Islam en España», donde residen actualmente 1,8 millones de musulmanes.
Pero para Benjelloun y muchos que le apoyan «el Gobierno está cometiendo una injerencia en asuntos que deben ser decididos por la propia comunidad musulmana, así como una vulneración de la libertad religiosa que ampara constitucionalmente a todas las personas». Mounir Benjelloun se reunió ayer en la sede de Justicia con el ministro y sus asesores para tratar el tema. La FEERI rechaza de plano el decreto mientras que la UCIDE no se ha mostrado tan combativa.
Mientras Benjelloun discutía dentro, en la calle leían dos manifiestos en los que insistían en que «la voluntad del Gobierno al imponer sus estatutos quiebra los principios de igualdad y libertad. Quiebra la autonomía de la comunidad musulmana y le da un plus de estigmatización social, al considerar que deben legislar para controlarnos, lo que aumenta la islamofobia».
Explicaron que, el pasado 6 de septiembre, 16 federaciones miembros de la CIE (en total hay 19) firmaron un escrito en el que rechazan el Real Decreto, entre otros motivos, «porque se ha elaborado a espaldas de la comunidad musulmana y porque la Comisión Islámica ya aprobó democráticamente en 2012 unos nuevos estatutos que el Estado se niega a reconocer».
Antes de entrar a la reunión, Mounir, con traje y corbata oscuros, declaró a EL MUNDO que «al Gobierno no se le ocurriría hacer lo mismo con cualquier otra religión. Imagina que dice que a partir de ahora van a nombrar ellos a los obispos. Imagina la que se liaría». Insistió en que «tenemos voluntad de diálogo y estamos abiertos a cualquier negociación, pero ellos no pretenden arreglarlo, sino paralizar una vez más los derechos de los musulmanes recogidos en el acuerdo de cooperación de 1992. No podemos seguir siendo moneda de cambio político. Los derechos humanos y la democracia no son negociables. No vamos a ceder».
Mounir no entraba esperanzado antes de la reunión, pero salió aún más desanimado tras casi dos horas de charla. «La cosa está mal. No estamos contentos. El Gobierno insiste en llevar a cabo un Real Decreto para eliminar a las Federaciones. Y al final, el argumento que se sacan de la manga es la cuestión de la radicalización del islam. Hemos presentado una propuesta, pero vamos últimos en una carrera de fondo».
Por su parte, desde Justicia informaron a este periódico que en el encuentro «se había tomado nota de las propuestas y se había decidido dar más tiempo para que lleguen otras alegaciones nuevas. El Ministerio busca el consenso y el diálogo», afirman.
Los siguientes pasos de la comunidad serán movilizar a los imanes para que conciencien del problema y escribir a la Casa Real y al Defensor del Pueblo. «Podemos», coreaban unas jóvenes con velo.
(Puede haber caducado)