Croacia y Eslovenia, la nueva ruta hacia Occidente

La Razón, Snezana Stanojevic. , 17-09-2015

El portazo físico y legal de Hungría a los refugiados que cruzaban su territorio camino de los países ricos de Europa ha convertido a Croacia y Eslovenia en una ruta alternativa por la que se espera continúe el éxodo de quienes huyen de la guerra y la pobreza en países de Asia y Oriente Medio.

Más de 550 refugiados han entrado ya hoy en Croacia, según fuentes policiales citadas por la emisora N1, y se espera que esas cifras aumenten en los próximos días.

El ministro del Interior croata, Ranko Ostojic, estimó que unos 4.000 refugiados llegarán a Croacia en los próximos días para continuar luego hacia Eslovenia, entrar luego en Austria por el sur y seguir camino, principalmente, hacia Alemania.

“Croacia puede responder a una primera oleada de 1.500 personas por día”, dijo el ministro, que precisó que si esa cifra aumenta podrían ponerse en marcha dispositivos adicionales.

Una vez cerrada la frontera entre Hungría y Serbia, los refugiados han comenzado a dirigirse en autobuses y taxis hacia la frontera croata, que cruzan a pie por la localidad de Tovarnik, hasta cuya comisaria son acompañados por agentes locales para ser inscritos.

Muchos de los refugiados llegan agotados por el largo viaje y son atendidos por la Cruz Roja.

Luego, son embarcados en autobuses hacia centros de alojamiento en las cercanías de Zagreb.

Una eventual amenaza para los refugiados que no usen los pasos fronterizos es la existencia aún entre Serbia y Croacia de campos minados de la guerra de la década de 1990.

Hrvoje Bebac, de la Oficina gubernamental para el Desminado, indicó a Efe que no se han enviado equipos extraordinario de artificieros y que los campos de minas están bien asegurados y marcados con grandes paneles.

“La gran mayoría de esas zonas están en bosques y esperamos que la gente no circule por los bosques sino que prosigan por carreteras y sendas, que están todas limpias de minas”, indicó.

Los refugiados llegan a Croacia desde la frontera entre Serbia y Macedonia, por donde siguen afluyendo personas (hoy fueron 2.000) que han pasado antes por Grecia y Turquía, procedentes la mayoría de países en conflicto como Siria, Irak y Afganistán.

Los Gobiernos de Croacia y Eslovenia se ha manifestado hoy dispuestos a establecer corredores que permitan a los refugiados cruzar rápida y organizadamente sus territorios camino del norte.

El primer ministro croata, Zoran Milanovic, ha criticado duramente la política de Hungría respecto a los refugiados diciendo que “los muros que se elevan no solo no detendrán a nadie sino que mandan un mensaje horroroso y peligroso”.

La Comisión Europea ha recordado a los dos países que dejar pasar a los refugiados sin registrarlos y tomarles las huellas contravendría la normativa europea que establece que el Estado miembro encargado de examinar una solicitud de asilo es aquel por el que primero entran a la Unión Europea los demandantes.

Los medios eslovenos publican que se espera que los primeros refugiados lleguen dentro de unos días, aunque aún no está claro por qué puntos entrarán al país.

Por su parte, Austria ha comenzado ya hoy a controlar las entradas en su territorio desde Eslovenia, tanto por carretera como por ferrocarril.

Las autoridades policiales de la región austríaca de Estiria, fronteriza con Eslovenia, cuentan con que en los próximos días se produzca por aquí la llegada de hasta 10.000 refugiados diarios.

La Cruz Roja ha comenzado también a preparar un dispositivo de atención en esta zona.

El primer ministro austríaco, Werner Faymann, se reunirá mañana con sus colegas de Croacia, Zoran Milanovic, y Eslovenia, Miro Cerar, para analizar y coordinar la crisis de los refugiados.

Mientras, unas 13.000 personas que han llegado a Austria en los últimos días desde Hungría, antes de que se cerrara esa ruta, han dormido esta noche en distintos puntos del país.

Aunque han aumentado las peticiones de asilo en Austria, la mayoría espera a continuar su viaje hacia Alemania, adonde siguen llegando refugiados, aunque más lentamente debido a los controles impuestos el pasado sábado en la frontera entre ambos países. Snezana Stanojevic/Efe

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