ENIKÓ GYÓRI

«Nos critican por cumplir las leyes internacionales»

Embajadora de Hungría en España

El Mundo, NURIA LÓPEZ MADRID, 16-09-2015

La noche del lunes los refugiados continuaron llegando a la frontera de Hungría, pero en esta ocasión con la presión de que, desde ayer, entraron en vigor en el país duras medidas contra la inmigración ilegal. Por el momento, el Gobierno húngaro ha decretado el estado de crisis en dos provincias colindantes con Serbia y ha anunciado que extenderá su valla en el límite con Rumanía.

Desde que los refugiados llegaron en masa a Hungría –en lo que va de año ya se han superado las 200.000 entradas ilegales–, su Ejecutivo ha sido muy criticado, en especial, por las siempre sorprendentes declaraciones de su primer ministro, Viktor Orban. Su embajadora en España, Enikó Gyóri, quiere cambiar esa opinión negativa y explica a EL MUNDO los esfuerzos que su Gobierno está realizando para afrontar la crisis.

«No hay que tener una política de doble rasero. Por ejemplo, el ministro de Exteriores francés nos criticó por la valla que establecimos en la frontera. Pues ellos lo hicieron en Calais hace algunas semanas. Además, nos critican por cumplir con las obligaciones internacionales de controlar las fronteras», aclara Gyóri. El control de su frontera exterior ha sido el aspecto más juzgado, en opinión de la embajadora. «El reglamento de Schengen, de Dublín y la regla de Frontex nos obligan a controlar las fronteras, estas reglas dicen que la gente que quiere pasar por la frontera exterior de un país miembro tiene que hacerlo en el punto fronterizo y en la hora de oficina», señala.

El gran problema que tuvo Hungría, según Gyóri, fue el llamamiento de Alemania de dar asilo a todos los sirios, lo que fue un «efecto llamada». «Todos los inmigrantes empezaron a declararse sirios, muchos eliminaron sus documentos, no querían que les tomaran las huellas en Hungría, que les registraran, porque su objetivo era ir a Alemania».

La embajadora húngara se lamenta de las difíciles escenas que se difundieron en la prensa, como la de aquel reparto de comida en un punto de acogida. «Estas cosas se producen, pero lo que nunca se presenta es que los inmigrantes tal vez tendrían que cumplir con los requisitos». La agresión de la periodista Petra Laszlo a dos refugiados no contribuyó a la imagen de Hungría, una acción sobre la que Gyóri se muestra tajante: «Del acto de una imbécil no se puede decir que un pueblo entero sea xenófobo o racista».

Desde ayer en Hungría, si alguien cruza ilegalmente o daña la valla, será delito. Además, los traficantes serán castigados y el Gobierno podrá decretar el estado de emergencia. En la frontera habrá placas informativas para que las personas se dirijan a los puntos fronterizos a tramitar su solicitud de asilo. Allí estarán en una zona de tránsito, plenamente atendidos, subraya Gyóri, hasta que se tome una solución sobre su situación, la cual también pueden apelar. «Desde hoy [por ayer] es mucho más claro que vamos a dejar entrar sólo aquellos que son refugiados», dice.

A pesar de la dureza del Gobierno húngaro, su embajadora apunta que están «muy comprometidos para encontrar una solución común europea, pero en un orden lógico». Lo que quiere decir que hasta que no se llegue a un acuerdo del control eficiente de las fronteras exteriores, no se hablará de otros temas expuestos en Bruselas, como la s cuotas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)