Hungría empieza a rechazar a los refugiados que llegan de Serbia
Cerca de la localidad de Röszke, la policía ha colocado una barrera humana con unos 25 agentes que cierran el paso a los que llegan desde el país vecino
La Voz de Galicia, , 15-09-2015La policía húngara comenzó este lunes a impedir la entrada de refugiados a través de su frontera sur con Serbia, donde estaba cerrando el último hueco que quedaba en la valla alambrada que separa ambos países. Cerca de la localidad de Röszke, la policía ha colocado una barrera humana con unos 25 agentes de seguridad que cierran el paso a los refugiados que van llegando desde el país vecino.
Un oficial de la policía magiar, que estaba también en el mismo lugar, confirmó que a partir de ahora ya no se permitirá la entrada de ningún refugiado a Hungría. Varios grupos de inmigrantes fueron parados por los agentes y enviados de vuelta al lado serbio de la frontera, donde se retiraron hacia una zona boscosa cercana, visiblemente desilusionados y resignados.
Preguntados desde el lado húngara de la frontera, algunos refugiados dijeron que la valla no les parará. «Vamos a seguir la valla hasta encontrar otro hueco», gritó uno de ellos, mientras que otro decía: «esto no me va a parar. He cruzado mar para llegar hasta aquí». A continuación se podía ver como cientos de refugiados iban caminando paralelo a la valla, con el aparente objetivo de encontrar una nueva entrada hacia Hungría.
Ver vídeoUna valla de 175 kilómetros de largo y 4 metros de alto impide pasar a Hungría
En el país centroeuropeo entra en vigor esta noche una nueva y restrictiva ley de inmigración, que declara como delito el cruce ilegal de sus fronteras. En caso de ser detenidos, los inmigrantes podrían ser condenados a tres años de cárcel o expulsados del país. Pocos minutos antes, la policía húngara había comenzado con el cierre del último hueco en la valla alambrada y por donde pasan las vías del tren que unen Serbia y Hungría. El hueco tiene unos 25 metros de ancho y será cerrado con una especie de portón que abrirá solo cuando tenga que pasar un tren.
Hasta las 15.00 hora local habían entrado en Hungría unas 2.000 personas, según datos de la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR). Decenas de policías y militares se encuentran en lo que las autoridades han calificado como «zona de operaciones». Al menos un helicóptero estaba sobrevolando la región, mientras que numerosos camiones militares estaban en zona.
El centro de recepción de refugiados se encuentra a unos 600 metros de distancia, desde donde los inmigrantes eran transportados este lunes en autobuses directamente hasta la frontera austríaca. Los refugiados hacía largas colas para subirse a los vehículos que partían en cuestión de minutos rumbo al noroeste y oeste del país, hacia la frontera con Austria. Allí, habían llegado esta tarde ya unas 9.000 personas al paso fronterizo de Nickelsdorf y otros 10.000 al de Heiligenkreuz, más al sur, según fuentes de la policía austríaca.
Hungría ha anunciado además el cierre de su espacio aéreo en una franja cercana a la frontera con Serbia para detener la masiva llegada de refugiados e inmigrantes a su territorio. El cierre afectará a una franja que se extiende 20 kilómetros desde la frontera con Serbia hasta los 1.350 metros de altitud, según ha detallado el organismo encargado de regular el transporte de todo tipo en Hungría.
Esta lunes Austria reabrió su principal punto fronterizo con Hungría en la localidad de Nickelsdorf. A través de este paso habían viajado en los últimos diez días decenas de miles de refugiados procedentes de Oriente Medio, desde Hungría hasta Alemania. Según un portavoz de la empresa gestora de autopistas austríacas (Asfinag), la policía del país ha abierto de nuevo la autovía A4 en dirección Hungría al tráfico, aunque no descartó nuevos cierres a lo largo del día.
Orbán insta a «evitar el caos»
El primer ministro húngaro, el nacionalista de derechas Viktor Orbán, instó a la policía de fronteras de su país a actuar con dureza para evitar «el caos», durante una ceremonia en la que nombró a 868 nuevos agentes en la Plaza de los Héroes de Budapest. «No queremos que haya caos. No queremos que un movimiento popular de alcance mundial transforme Hungría», dijo Orbán, que instó a los policías a aplicar con humanidad pero sin compromisos las leyes húngaras.
Este martes entra en vigor una nueva normativa que convierte en delito la entrada ilegal en el país. Las sanciones pueden ser de hasta tres años de cárcel o la expulsión del territorio. Hasta ahora el cruce ilegal era sólo una falta.
A punto de cumplirse esa fecha límite hubo una entrada masiva de refugiados que intentan cruzar el país con destino a Alemania antes de que rija la nueva ley. El domingo se registró la cifra récord de 5.809 refugiados, tres veces más que la media diaria de las últimas semanas. Durante la noche del domingo llegaron a Hungría otras 3.280 personas. En total entraron 13.162 desde el viernes al domingo.
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