Sumidos en la oscuridad. Con la luz de la costa africana al fondo. Asustados. Empapados. Y mecidos por las olas de un Mediterráneo que se los tragaba. La Guardia Civil ha rescatado esta noche a seis subsaharianos —cinco hombres y una mujer— que trataban de alcanzar las playas de Melilla en una patera. Pero sus planes se torcieron cuando, sin motor ni remos, la embarcación comenzó a hundirse en el mar. Fue entonces cuando los agentes la localizaron. Eran las cinco de la madrugada. “Y la inmediata actuación evitó el naufragio y la pérdida de vidas”, sentencian fuentes policiales.

Los agentes encontraron a los inmigrantes aferrados a la parte del bote que aún flotaba. Cuatro de ellos, sin chalecos salvavidas. Dos, con síntomas de hipotermia. Y la mujer, “semiinconsciente”. Según ha explicado a Efe el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, el instituto armado decidió actuar “por razones humanitarias”, pese a que la patera se hallaba fuera de las aguas de la ciudad autónoma. En vez de avisar a las fuerzas de seguridad marroquíes, como en otras ocasiones, la Guardia Civil optó por el rescate inmediato.

El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), que encontró la patera de dos metros de eslora, procedió entonces a su traslado hasta el puerto deportivo de la ciudad, donde los subsaharianos recibieron asistencia médica. Tres de ellos, además, fueron trasladados al Hospital Comarcal.

“Estas personas, que se ponen en manos de las mafias que disponen en la embarcación de medidas de seguridad, tampoco cuentan con instrumentos o conocimientos de navegación y muchos de ellos ni tan siquiera saben nadar”, apostilla la Guardia Civil, que también ha anunciado este lunes la detención del patrón de la patera que llegó el pasado viernes a Almería con 44 personas a bordo —30 hombres, 11 mujeres y 33 bebés—.