Los asilados de Catalunya se triplicarán en tres años

La Vanguardia, Domingo Marchena , 11-09-2015

Las entidades que trabajan en la ayuda y acogimiento a refugiados en Catalunya alertan de las diferencias entre esta crisis migratoria y la provocada por la guerra de Bosnia. Entre 1992 y 1995, cuando se firmaron los llamados acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la sangría en los Balcanes, se calcula que al menos 2.500 personas llegaron a Catalunya. “Se trataba en su mayoría de familias o de mujeres con niños”, como explica Manuel Vila, colaborador de Acnur y promotor de la oenegé Districte 11 City to City, responsable de numerosas caravanas de refugiados y envíos humanitarios. Los desvelos de este funcionario, exgerente de Nou Barris y que en la actualidad trabaja en Casa América, fueron premiados con la concesión de la ciudadanía de honor de Sarajevo.

“Pero ahora – agrega Manuel Vila, a quien Pasqual Maragall comisionó para que tendiera puentes entre Barcelona y Sarajevo – casi el 75% de los refugiados sirios que han llegado a Europa son varones, de entre 18 y 34 años”. Ello significa que, una vez acogidos, iniciarán los trámites para el reagrupamiento familiar, lo que podría triplicar la cifra final de solicitantes de protección. Esta eventualidad es hoy la menor de las preocupaciones de las entidades humanitarias que colaboran con las autoridades en la recepción de los refugiados. El jefe de la Comisión Europea, Jean – Claude Juncker, se ha permitido estos días una frivolidad innecesaria, al hablar del peligro que suponen los refugiados que marchan a pie por carretera desde Hungría a Alemania. “El invierno se acerca”, dijo con un laconismo que recordó el lema de la Casa Stark en Juego de tronos. Con más sensibilidad, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que abrió la caja de Pandora con su propuesta para que Barcelona lidere una red de ciudades refugio, se refirió días atrás a la voz de alarma lanzada por la Cruz Roja ante el peligro de que se produzcan las primeras muertes de refugiados en suelo centroeuropeo, ahora que se despide el verano.

De los 2.500 refugiados bosnios en Catalunya, unos 400 se quedaron a vivir aquí.¿En el caso de los sirios, todos los expertos apuntan que la repatriación, si es que se llega a producir, costará mucho más. El final de la guerra entre el Ejército de El Asad y el Estado Islámico, por un lado, y el Estado Islámico contra todo el mundo, por el otro, no se ve cercano y “las heridas tardarán muchos años en cicatrizar”. Ello obliga a pensar en fórmulas de integración, sobre todo porque parece que el goteo de huidos no cesará. Cuando la guerra acabó en la ex – Yugoslavia, y a pesar de la limpieza étnica que varió para siempre el paisaje humano del país, muchos bosnios regresaron a su tierra. Son muy escasos los ejemplos de mujeres como Amira, madre de dos niños, que resistió todo el asedio de Sarajevo y que decidió salir de su país porque no quería que sus hijos crecieran en una tierra regada con tanta sangre. La mujer vive hoy en Catalunya, donde el destino le reservaba otro golpe: uno de sus dos hijos falleció de meningitis poco después de llegar.

La experiencia con los bosnios de Barcelona puede ser reveladora de las dificultades que aguardan a la tarea. Los refugiados se encontraron aquí de todo. Hubo jóvenes que pudieron estudiar carreras universitarias con becas y mujeres que se vieron obligadas a recurrir a la economía sumergida y a trabajar en la limpieza del hogar para salir adelante. Algunas de estas personas ni siquiera han obtenido todavía, veinte años después, la nacionalidad española. No sólo la cercanía del invierno amenaza a los solicitantes de asilo. También la burocracia y la lentitud de las autoridades.

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