La Diputación prevé que los 350 refugiados lleguen a Gipuzkoa a partir de octubre
Crea un grupo de trabajo interdepartamental para gestionar de manera eficaz la acogidaEl ente foral considera que no tendrá problemas para cubrir las plazas necesarias a pesar de haber contabilizado hasta ahora 140
Diario Vasco, , 11-09-2015Una vez despejado el cuántos, faltaba saber el cuándo. Los alrededor de 350 refugiados que puede albergar Gipuzkoa llegarán, aproximadamente, a partir de mediados de octubre. La imprecisión se empezará a diluir tras la cumbre de la Unión Europea del próximo lunes, pero esa es al menos la previsión que maneja la Diputación tras mantener contactos con un Gobierno Vasco que, a su vez, tiene hilo directo con el Ejecutivo de Rajoy. La doble estimación, numérica y temporal, plantea un reto al que el territorio está en disposición de responder con solvencia, según fuentes del ente foral.
La Diputación creó ayer un grupo interdepartamental para gestionar de forma eficaz la implicación que en el territorio vaya a tener esta crisis migratoria y su plan de acción sitúa el hito más urgente de la primera acogida en poco más de un mes, «tiempo suficiente para organizar la llegada», destacan las citadas fuentes. El equipo de trabajo constituído ayer incluye representantes de las áreas de Política Social, Cooperación, Migración, Derechos Humanos, Juventud y Gobernanza. Uno de sus primeros cometidos será el de nombrar a los técnicos que gestionen directamente las necesidades que requiera el acogimiento de refugiados, previsiblemente a finales del próximo mes.
Pero el foro adopta un doble perfil. La ejecución ordenada y coordinada de las medidas obedecerá a la estrategia política que emane de la cúpula del Ejecutivo guipuzcoano. No en vano, el diputado general, Markel Olano, presidió ayer la primera reunión del grupo. Por si la carga simbólica de su presencia no reflejara suficientemente el calado político de esta mediática crisis, le custodiaron el teniente de diputado general y diputado de Cultura y Cooperación, Denis Itxaso; la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña; y el diputado de Gobernanza y Comunicación con la sociedada, además de portavoz foral, Imanol Lasa. Alto voltaje para encauzar una gestión que vivirá en otoño sólo su primer capítulo.
«En primer lugar tenemos que ser capaces de afrontar la fase inicial de acogida y luego vendrá otra, de más recorrido, de integración de los refugiados que lleguen al territorio», asumen en la Diputación. Lo que el ente foral tiene claro es que la exigencia numérica que todo hace indicar tocará afrontar a Gipuzkoa una vez se desencadene la cascada de repartos desde Bruselas, pasando por Madrid y Vitoria, será ampliamente asumible con los recursos públicos de los que dispone el territorio.
A pesar de que una primera cifra arrojada por la propia institución fijaba en 140 las plazas potencialmente dispuestas para acoger refugiados, fuentes del Ejecutivo guipuzcoano explican que «se trata de un primer número que sumamos haciendo un primer y rápido estudio de los albergues con los que podíamos contar, pero sin saber aún cuál sería la cantidad que se nos asignaría». Ahora que los dirigentes políticos europeos y estatales han facilitado una mayor aproximación, los gestores guipuzcoanos están en disposición de asegurar que «no tendremos problemas para cubrir ese cupo». La predisposición de los ayuntamientos a ceder algunos de sus espacios públicos a esta causa explica, en gran medida, la confiada aseveración. Irun, por ejemplo, ya ha ofrecido su albergue municipal de Martindozenea, con 60 plazas disponibles, y otros consistorios ultiman su propuesta concreta durante estos días.
Los medios anunciados hasta ahora por parte de la Diputación son los refugios municipales de Hondarribia, Zarautz y Segura – suman una disponibilidad permanente de ochenta plazas, si bien podrían dejar más huecos libres – , el albergue de Arrate – 50 plazas – y el chalet de Aita Menni de Arrasate, con capacidad para acoger diez personas.
Existe asimismo un consenso en el seno del ente foral en señalar que el Hotel Arocena de Zestoa, con sus 109 habitaciones desocupadas en la actualidad – el establecimiento permanece cerrado – podría convertirse en un recurso valioso para gestionar el alojamiento y la manutención de los refugiados. Sus propietarios ya se han puesto en contacto con la institución foral para ofrecer su edificio. Al margen de este provisional inventario, la voluntad de muchos particulares – 41 hace tres días – podría hacer crecer la capacidad de acogida del territorio, si bien el criterio establecido el miércoles por la comisión interinstitucional encabezada por el Gobierno Vasco invitaba a priorizar el uso de bienes públicos.
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