Con la decisión aún pendiente de cómo se distribuirán los cerca de 15.000 ciudadanos sirios que Europa ha asignado a España, lo cierto es que Málaga se ha convertido en una ciudad de paso para los miles de refugiados que hacen parada en la capital para seguir su ruta hasta Alemania, en la mayoría de los casos.

Así lo constatan dos de las organizaciones que han asumido la atención a este colectivo que no hace más que crecer desde hace año y medio, CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) y Cruz Roja. Ambas reciben, normalmente una vez por semana, a los ciudadanos sirios que escaparon por la ruta del Norte de África y que terminaron su viaje –o al menos esta parte del camino– en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Melilla. Desde allí son derivados a estas dos organizaciones con sede en Málaga, que sin embargo ven cómo en muchos casos los refugiados prefieren buscar la oportunidad de la supervivencia en países como Alemania. Las razones son tantas como las historias que acumulan sus protagonistas, pero el coordinador territorial de CEAR en Málaga y Andalucía, Francisco Cansino, se atreve a aportar algunas respuestas: «En primer lugar muchos tienen a algún familiar en Alemania y no lo dudan. Pero además la gente tiene la referencia de que el sistema de prestaciones germano en materia de asilo funciona mucho mejor que aquí».

En esencia, allí el refugiado tiene «más autonomía» y se da prioridad a que se instalen en pisos mejor que en centros de acogida, con todas las comodidades que eso conlleva en el caso de familias con niños pequeños –cada vez más–, que prefieren la primera opción a la convivencia con decenas de personas en una situación similar.

Por otra parte, el coordinador de CEAR constata que Alemania está siendo «bastante flexible» con la aplicación del Convenio de Dublín, que obliga al refugiado a pedir asilo en el primer país seguro que pise. Esto implicaría, por ejemplo, que un ciudadano sirio que ha solicitado asilo en España pero que consigue llegar a Alemania tendría que regresar a nuestro país en el caso de que se acepte su expediente de refugiado. Esta circunstancia disuadía a muchos que apenas acababan de entrar a Europa, pero la postura de Alemania de no aplicar con dureza los extremos del convenio termina por inclinar la balanza de su lado.

Sea como fuere, ni la comunidad siria es muy numerosa en Málaga ni los que huyen de su país en guerra se quedan por mucho tiempo. «El lunes se fueron 32, muchos de ellos en familia», confirman en el CEAR. Hoy está prevista la llegada de más de un centenar al Puerto procedentes de Melilla. La primera atención será aquí. Después, ellos deciden.