Europa se ve desbordada. Decenas de miles de inmigrantes llegan a Europa cada mes. Pese a los bienintencionados intentos de algunos idealistas, es inasumible por parte de Europa acoger a toda esta ingente cantidad de personas que huyen de la guerra y de la desesperación. No tienen otro camino, y nosotros nos sentimos sin saber qué hacer. De cara a la galería ningún presidente va a repudiar y evitar la llegada de inmigrantes de forma tajante, pero bajo cuerda y en reuniones a puerta cerrada todos tratan de impedirlo. Europa debe convertirse en una sola nación, con una política exterior y un ejército común, que afronte los desafíos. El apoyo de la UE a los países de los Balcanes en esta crisis es vergonzoso. Sería más rentable al erario público intervenir en los países de origen de los inmigrantes, que poner simples “parches”. Ni Europa ni ningún país pueden acoger esta cantidad de inmigrantes de culturas tan distintas a la nuestra. ¿Qué podemos hacer? Todo es fruto de políticas sin sentido como las que se siguieron en Siria, Irak y Libia, lugares de donde provienen la mayor parte de los inmigrantes. Una dictadura es mejor que el desgobierno. Si estuviesen Gadafi y Sadam y el régimen sirio no hubiese sido debilitado esta crisis migratoria no se habría producido.