La vergüenza de Europa

No se detendrán quienes nada tienen que perder salvo la vida, que no es un riesgo desconocido para ellos

El Periodico, ALBERT GARRIDO, 09-09-2015

Cuando alguien sobrevive a la guerra y muere por huir de ella (el pequeño Aylan Kurdi, su hermano, su madre y un número indeterminado de refugiados sin nombre miles quizá engullidos por el mar), algo profundamente obsceno se ha adueñado del paisaje. Cuando ayuntamientos, oenegés, asociaciones y particulares se movilizan para aliviar la tragedia, mientras los gobiernos europeos se toman su tiempo mediante una proliferación de declaraciones que nada resuelven, es que la obscenidad ha llegado a los salones donde debieran regir la decencia y el compromiso. Cuando esto sucede a las puertas de la prosperidad y de las finanzas globales, un escalofrío recorre el espinazo, porq…

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