El Centro de Internamento de Extranjeros de Valencia siempre ha estado envuelto en polémica. Algunos de los actuales dirigentes de la Comunitat se mostraban en contra de su existencia cuando se encontraban en la oposición y, tras el intento de huida que se produjo el fin de semana, han vuelto a criticarlo. Sin ir más lejos, el propio alcalde de la capital, Joan Ribó, apostó ayer por su cierre y aseguró que la situación de los internos es «comparable» a la de los refugiados sirios.

El primer edil cree que se trata de «un tema lamentable» y aseguró que al Ayuntamiento «no le gusta tener un centro de internamiento de personas que no han cometido más delito que no tener los papeles en regla», de modo que lo «mejor que podría hacer el CIE es, sencillamente, desaparecer». Ribó añadió que Zapadores «no está en condiciones» y recordó «las plagas de chinches», así como otros «problemas que no precisamente dignifican la situación de estas personas», de modo que estos centros «no tienen cabida en un país y una civilización avanzada».

Desde su partido – Compromís – exigieron la comparecencia de los ministros del Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Fomento, Ana Pastor, en el Senado para que expliquen cómo se encuentra el centro valenciano en estos instantes.

Además, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, anunció ayer que van a solicitar a la Delegación de Gobierno «una investigación en profundidad» de los hechos y que se deje pasar a Cruz Roja. Al respecto, fuentes de la institución que encabeza Juan Carlos Moragues indicaron que al recinto acceden 10 ONG’s y que el presidente de Cruz Roja en la Comunitat gestiona la firma del convenio. Así, no se impide su entrada, indicaron, sino que estará regulada como en Madrid y Barcelona.

Desde EUPV también criticaron «la prisión alegal» que es el CIE de Valencia y reclamaron su «cierre inmediato». También se lamenta la presencia de menores pero cabe recordar que en Zapadores no hay ninguno internado.