Cae una red que explotaba a 42 trabajadores en la hostelería de Tarragona
La Vanguardia, , 07-09-2015Tarragona. (EFE). – La Policía Nacional ha detenido en Tarragona a 6 presuntos integrantes de una red que explotaba a 42 trabajadores indios en el sector de la hostelería, a los que captaban bajo engaños y a quienes obligaban a trabajar hasta 15 horas diarias y a vivir hacinados en condiciones insalubres.>
A los detenidos se les imputan los delitos de pertenencia a grupo criminal, trata de seres humanos con fines de explotación laboral, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra los derechos de los trabajadores, defraudación a la Seguridad Social y favorecimiento de la inmigración ilegal.>
La operación, coordinada por el Juzgado número 1 de Tarragona, ha comportado siete registros domiciliarios y catorce inspecciones en locales, en las que ha colaborado Inspección de Trabajo y Seguridad Social y las policías locales de Salou y Vila – Seca.>
En los registros se ha intervenido, además de numerosa documentación, vehículos de alta gama, más de 40.000 euros, 864 dólares USA, 250 libras esterlinas, 20.810 rupias indias, 160 rublos rusos y material tecnológico e informático.>
Los agentes también han arrestado a dos personas que se encontraban alojadas en uno de los pisos de la red porque estaban requeridas por un juez.>
La investigación se inició en enero gracias a la colaboración ciudadana, que proporcionó información directa a la policía.>
Los agentes comprobaron cómo un grupo de familiares de origen indio actuaba de manera estructurada en diferentes locales y establecimientos de hostelería de su propiedad, en las localidades de Salou y Vila – Seca.>
El padre, cabeza de la trama, establecía las directrices al resto de los miembros y así, los dos hijos se encargaban de supervisar y administrar los diferentes locales y de la recaudación.>
La mujer, a su vez, colaboraba con actividades de mantenimiento y control de los locales.>
El padre, además, contaba con un hombre de confianza que actuaba en su representación para la ejecución de diferentes tareas.>
Por último, el sexto detenido conocía las condiciones de los trabajadores y figuraba como administrador de las sociedades que controlaban los distintos establecimientos hosteleros.>
Los trabajadores, ciudadanos extranjeros en condiciones precarias, aceptaban los contratos por la necesidad de regularizar su situación y enviar dinero a sus familias.>
Los miembros del clan se aprovechaban de esta vulnerabilidad y les amenazaban con no renovarles su contrato.>
Les pagaban en metálico, sin justificante de pago y de manera totalmente irregular al final de cada jornada de trabajo y también les descontaban gastos injustificados en concepto de alquiler o de alimentación.>
Los contratos estipulaban de dos a cuatro horas de trabajo, pero la jornada laboral se alargaba hasta quince horas y sin días de descanso y solían trasladarles de un local a otro de los que disponía la trama.>
También se les exigía anticipar seis meses de cuotas a la Seguridad Social para asegurar y mantener su contrato de trabajo.>
El clan familiar también proporcionaba el alojamiento a sus ‘empleados’, que vivían hacinados – hasta cinco personas en una habitación – en malas condiciones de salubridad.>
La red actuaba utilizando diferentes empresas y sociedades relacionadas en el ramo de la hostelería, que daban de baja en el plazo de uno o dos años, si bien su estructura era siempre la misma.>
Para eludir la declaración del dinero recaudado utilizaban un entramado de cuentas bancarias, en las que realizaban ingresos de poca entidad para pago de recibos y el resto, en mano.>
Además, las transferencias internacionales que realizaban nunca superaban la cifra de 3.000 euros establecida por la normativa para la prevención del blanqueo de capitales.
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