A la caza del traficante
La Policía austríaca detiene al conductor rumano de un camión con 26 refugiados, tres de ellos niños «en estado crítico» Comparecen los cuatro sospechosos de la muerte de los 71 inmigrantes
El Mundo, , 30-08-2015Traiskirchen, en Austria, es la principal ciudad de acogida de inmigrantes que llegan a este país. Muchos duermen en la calle hasta que pueden ser atendidos y esperan hasta ser trasladados a otras localidades. Mientras las autoridades, desbordadas, tratan de registrarlos, muchos de ellos se desesperan buscando a amigos o parientes que, según sus cálculos, deberían haber llegado ya en otros transportes. Desde Ghana e Irak han viajado en barco. El último tramo lo hacen a menudo en camiones de carga controladas por mafias rumanas, como el interceptado ayer por la Policía austríaca, en el que fueron encontrados 26 refugiados procedentes de Siria, Afganistán y Bangladesh entre los que había tres niños de corta edad «en estado crítico por deshidratación». «Ha sido por muy poco», declaró el portavoz policial David Furtner a la radio austríaca ORF, «mucho tiempo más no habrían soportado esa tortura, según nos contaron los médicos».
El conductor, un rumano de 29 años, espera juicio en el centro penitenciario de Ried. En Hungría, el fiscal ha presentado ya acusación formal contra los cuatro detenidos –tres búlgaros y un afgano–responsables de la muerte por asfixia de 71 refugiados en la cabina de carga de un camión. Las policías de diferentes países europeos ponen en común lo que saben de las mafias de tráfico de personas y evitan estereotipos que despisten a los efectivos sobre el terreno. En Alemania, por ejemplo, donde cada año son detenidas 1.700 personas relacionadas con estas redes criminales y que en julio ha encerrado a una media de 12 diarios, advierten de que una tercera parte de ellos son mujeres, por lo que aconsejan en los controles de carreteras no centrarse en vehículos de carga conducidos por hombres.
La crisis de los refugiados, que se suma a los problemas de seguridad y terrorismo, está llevando a los Ministerios del Interior de los países centroeuropeos a aumentar los controles en carreteras y trenes. Hungría, miembro de la UE y que ayer terminó la valla que separa sus 175 kilómetros de frontera meridional con Serbia, ha reforzado sus fronteras con efectivos policiales adicionales y se plantea también movilizar al Ejército para detener la afluencia masiva de refugiados procedentes de zonas de conflicto, como Siria o Afganistán, que utilizan la ruta de los Balcanes para llegar a Europa Occidental, especialmente Alemania, Austria y los países escandinavos. Solamente el viernes, la Policía húngara interceptó a 2.822 personas que trataban de cruzar la frontera de manera ilegal, entre ellos 553 menores. En las últimas semanas el número de refugiados que entran a diario en el país oscila entre las 1.000 y 3.200 personas.
La principal estrategia para frenar el flujo de refugiados, sin embargo, se librará en el plano económico. La Comisión Europea quiere ofrecer en la cumbre UE-África que se celebrará en Malta los días 11 y 12 de noviembre un fondo fiduciario que sirva para gestionar la crisis de los refugiados y que, según el semanario alemán Der Spiegel, ascendería a 1.000 millones de euros.
La cooperación tendrá condiciones. La UE exigirá el rápido retorno a sus países de origen de todos los refugiados que, una vez realizados los trámites pertinentes, no obtengan la concesión de asilo. Para ello desea incentivar a los países de origen con aportaciones que ayuden a facilitar el regreso y las condiciones de restablecimiento. La concesión de los fondos estará, por tanto, ligada a la cooperación de cada país en la repatriación de refugiados.
El proyecto está en consonancia con la posición alemana y la canciller Merkel ya había dado alguna pista sobre su aquiescencia a poner dinero sobre la mesa al decir esta semana que «Europa, como continente rico, está en condiciones de afrontar esta crisis». También el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, ha estado de acuerdo en que «si un país africano está preparado para recibir de vuelta a su propia gente, que no tiene posibilidades derecibir asilo en Europa, entonces los europeos deberíamos apoyarle».
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