Praga plantea que se habilite un corredor humanitario para sirios

La UE busca evitar tragedias como la del camión en el que murieron 71 refugiados

El Mundo, ROSALÍA SÁNCHEZ BERLÍN ESPECIAL PARA EL MUNDO, 29-08-2015

Alemania trabaja ya en el contenido de una posible cumbre europea extraordinaria sobre la crisis de los refugiados. Merkel reconoció ayer en Berlín que «los jefes de Estado y de Gobierno están listos para reunirse en cuanto se complete el trabajo preliminar y, si es necesario, organizar una cumbre de emergencia». A esa cumbre acudiría la canciller con el plan de 10 puntos acordado con Francia, pero los países del este desean presentar también sus propias propuestas.

El ministro del Interior checo, Milan Chovanec, sugirió ayer la creación de un corredor humanitario para refugiados sirios con destino a Alemania. Después de que Berlín haya decidido suspender parcialmente el Protocolo de Dublín y aceptar de forma automática solicitantes de asilo sirios, sea cual sea el país de la zona Schengen al que llegaron primero, el Gobierno de Praga considera que «las reglas de juego han cambiado» y no son los países de paso los que deben cumplir con las obligaciones de registro, manutención y atención sanitaria para esos refugiados.

«Ahora se plantea la pregunta de si Europa debe encontrar un modelo para dejar llegar allí a los sirios sin interceptarlos antes», ha dicho el socialdemócrata, que ha reconocido que «para ello los socios alemanes deberían dar el visto bueno». Angela Merkel, en principio, ya ha reconocido que «Dublín no funciona».

Alemania y Francia desean la creación de una nueva lista de países identificados como seguros y en la que estarían incluidos los países de los Balcanes. Berlín tiene cierta prisa por articular una política europea común de asilo e inmigración y su diplomacia trabaja a toda máquina.

Ayer pasaron por la Cancillería de Berlín el primer ministro danés, Lars Rasmussen, y el presidente polaco, Andrzej Duda, que advirtió que la escalada del conflicto en Ucrania podría provocar una nueva crisis migratoria que afectaría a Polonia y afirmó que las cuotas de refugiados deberían estar basadas en las capacidades de cada país.

Duda también mostró deseos de celeridad en las soluciones, sobre todo después del macrabro hallazgo del camión de carga de carne, abandonado a pocos kilómetros de Viena con los cadáveres de 71 refugiados. Los detalles del suceso han enfrentado a Europa a la necesidad urgente de la gestión oficial del flujo humano antes de que las mafias se hagan definitivamente con él. La voz del jefe de policía del estado federado austríaco de Burgenland, Hans Peter Doskozil, se quebraba al describir el «montón de cuerpos sin vida unos sobre otros» que encontraron los efectivos policiales al abrir la puerta de camión. «Son un equipo muy experimentado, participaron incluso en el rescate de cuerpos tras el tsunami del Pacífico, pero después de abrir esa puerta varios tuvieron que ser relevados porque se desmayaban del hedor», reconoció.

En un camión de seis metros de largo por 2,4 de ancho y tres de alto viajaban 71 refugiados ocultos en el compartimento de carga, a razón de cinco personas por metro cuadrado, que a falta de renovación del aire murieron por asfixia y posiblemente a lo largo de angustiosas horas. «Cincuenta y nueve hombres, ocho mujeres y cuatro niños, la más pequeña una de dos años», recontaba Doskozil.

La esperanza de la policía austríaca es que no muriesen en vano y que las características de este transporte permitan desarticular una red que cubre desde Siria hasta Alemania, destino final del camión. «Creemos que uno de los perpetradores, un ciudadano búlgaro de origen libanés, es la persona a cuyo nombre está registrado el camión», detalló. «Creemos que los otros dos perpetradores, que también han sido detenidos, otro ciudadano búlgaro y una persona con un documento de identificación húngaro, fueron muy posiblemente los conductores del vehículo».

Esta dramática experiencia ha convencido al Gobierno austríaco, y esa es la propuesta que llevará a Bruselas, de que es prioritario luchar contra estas mafias. «Tolerancia cero internacional, porque son criminales, no personas que ayudan a los refugiados», pedía ayer la ministra del Interior de Austria, Johanna Mikl-Leitner.

Austria está reforzando los 1.300 policías fronterizos que vigilan sus carreteras, pero no se plantea restablecer controles en sus límites territoriales, sino peinar con «controles masivos las carreteras en el interior del país». No será sencillo. Solamente por la autopista A4, en la que fue abandonado el camión, pasan a diario más de 1.000 camiones.

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