Esperando a los bárbaros
El Gobierno ha dicho que va a acoger a los refugiados que pida Europa. Hay que reconocer que España ya ha cambiado
El País, , 07-09-2015Hoy nuestros bárbaros están en la estación de Múnich. Según lo había imaginado ya Konstantino Kavafis, ese poeta que hablaba en el genuino idioma de los que cantaban como los mejores de todos los siglos. Era uno de los que parecían ser de Roma. Pero se asombraba y cantaba a los bárbaros, a los muniqueses que se mostraban como los auténticos europeos, no sólo por la piedad, sino por su aprecio por la ciudadanía y por la libertad.
“¿Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros?” (sin bávaros).
“Quizá ellos fueran una solución después de todo”.
Hay miles de europeos y de otros que todavía no lo son, que ahora comienzan a ver la posibilidad de serlo ellos mismos, y por tanto, de que haya bárbaros-bávaros que les ofrezcan ser hombres o mujeres con niños que no lleguen exánimes a las salas mortuorias, sino que vean el día en que sus hijos puedan jugar en una plaza sin policías húngaros que les bajen de los trenes a 40 kilómetros de la ciudad más cercana.
En España, al fin, alguien del Gobierno ha dicho que por petición de los bárbaros se va a acoger a los refugiados que pida Europa. Y cada vez más alcaldes piden que les envíen más desgraciados para que ocupen plazas de comedor y de escuela. En eso hay que reconocer que España ya ha cambiado.
Alemania, como lo han reconocido gente como Lluís Bassets, ha dejado de ser la fea madrastra de Blancanieves, y Múnich se ha convertido en un inmenso comedor donde la gente grita “¡Alemania, Alemania!”.
¿Cuántos estadios construidos sin ningún uso? ¿Cuántos españoles van a estar dispuestos a convertirse en bávaros? En España hemos votado unos presupuestos que se han saltado año tras año los gobernantes. Ahora vamos a votar en unas elecciones donde los partidos tendrán que pensar, incluso improvisando, cuánto dinero va a haber para decenas de miles de europeos que lo van a ser a partir de ahora, y el dinero lo van a poner los que dicen, con su voto, y con Kavafis. “¿Qué esperamos agrupados en el foro? Hoy llegan los bárbaros”.
Los bávaros. Ya están en Múnich. En una estación que se parece mucho a la de Budapest. Ya están en Múnich. ¿Y en Atocha?
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