La ONU cree que europa ha fracasado en esta crisis

La marcha de la vergüenza

Asegura que la UE debe crear 200.000 plazas para refugiadosUna columna de mil personas se dirige a pie a Austria

Deia, Isabel Saco, 05-09-2015

Ginebra – La ONU cree que Europa ha fracasado en dar una respuesta a la actual crisis de refugiados y debe crear hasta 200.000 plazas para reubicar a las personas que están llegando al continente. Naciones Unidas calculó ayer en 200.000 las plazas que se requieren en Europa como parte de un programa masivo de reubicación de refugiados, 50.000 más de las que la Comisión Europea (CE) pedirá a los Estados miembros que se repartan y de las que ya se han prometido. La Comisión Europea ofreció en junio 32.000 plazas para los refugiados, pero el sistema de distribución entre los países del bloque quedó pendiente y ahora se dispone a pedir a los socios comunitarios que se repartan 120.000 plazas adicionales. Esas cifras juntas cubren, en el mejor de los casos, el 75% del requerimiento mínimo estimado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), frente a un movimiento migratorio que tiende a acelerarse.

ACNUR reveló que 5.600 personas cruzaron este jueves la frontera de Grecia hacia Macedonia y que hasta un millar de ellas eran menores que viajaban solos, lo que representa un récord para un solo día. Otra señal de que la presión aumenta la dio la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al indicar que 5.000 inmigrantes y refugiados han desembarcado únicamente en las islas griegas esta semana.

El pico de llegadas por el Mediterráneo, especialmente a Grecia (245.000 en lo que va de año), se explica en parte por el cambio de ruta por el que han optado los refugiados que huyen de la guerra en Siria y que en su gran mayoría zarpan ahora de Turquía hacia alguna de las cercanas islas griegas.

La ruta que conduce de Libia a Italia, por el Mediterráneo, era la más utilizada hasta hace pocos meses.

Los refugiados sirios representan hasta el 80% de las personas que desembarcan en Grecia y de ellos la mitad últimamente son mujeres y niños “Hace algunos meses solo veíamos hombres jóvenes cruzando, ahora observamos que aumentan las mujeres y niños. Parece que los hombres han abierto la puerta y ahora les piden a sus familias que se reúnan con ellos”, explicó el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Macedonia, Bertrand Desmoulin.

Las agencias humanitarias interpretan que el flujo de refugiados sirios hacia Europa ha alcanzado estos niveles récord porque se ha agotado su capacidad de resistencia y de adaptación a las consecuencias de la guerra. Dentro de Siria, “mucha gente esperó a que todo colapsara antes de huir, llegó a los campamentos de refugiados (localizados en los países vecinos) creyendo que era una solución temporal, pero el tiempo pasa y nadie ve el final de la guerra”, señaló la portavoz de ACNUR, Melisa Flemming.

deterioro de las condiciones Se sabe, además, que las condiciones de vida de los sirios en Turquía se han deteriorado mucho en el último año y que, tras haber recibido a dos millones de ellos, su capacidad ha quedado totalmente rebasada.

Para afrontar la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, el máximo responsable de ACNUR, Antonio Guterres, insistió en que se debe poner a funcionar un mecanismo de registro y asistencia eficiente en los tres principales países de entrada a la Unión Europea (Grecia, Italia y Hungría).

La Unión Europea debe contribuir a ello con medios financieros y humanos, agregó, tras precisar que en los centros de registro se identificaría a quienes realmente necesitan protección internacional.

El segundo paso consistiría en un programa masivo de reubicación de refugiados “en el que todos los países europeos deben participar”, como reclaman Alemania y Francia, que pedirán a la Comisión Europea el establecimiento de cuotas fijas y obligatorias para los 28 países de la UE.

Guterres consideró que en las circunstancias actuales “sería muy difícil para los líderes políticos rechazar un programa de reubicación que es evidentemente necesario”, ya que “la única alternativa es el caos y el sufrimiento”. “Ello generaría una situación absolutamente imposible de manejar”, alertó.

Más flexibilidad Una tercera medida en favor de una solución al caos actual sería que los países muestren flexibilidad y ofrezcan más alternativas legales para que los refugiados lleguen a Europa, como los visados humanitarios o la aplicación del principio de reunificación familiar.

Mientras en Hungría, una larga columna formada por centenares de refugiados, posiblemente más de mil, salía ayer andando de Budapest en dirección a la frontera de Austria, situada a más de 200 kilómetros de distancia.

En los últimos días el lema de las protestas era “libertad, libertad”, para demandar que les dejaran embarcar en un tren rumbo a Alemania, y ayer una multitud de refugiados hacía uso de esa palabra echándose a la carretera. “Iremos andando, no hacemos mal a nadie, no somos criminales. Sólo quiero llegar a algún país en el que pueda terminar mis estudios”, explica Nasir al Omar, que estudiaba Arte y Literatura en la universidad siria de Alepo. Los jóvenes son mayoría pero hay también familias enteras con niños y bebés, que llevaban días acampados en la estación de trenes Keleti de Budapest en unas condiciones miserables, sólo asistidos por un grupo de voluntarios húngaros.

Algunos mostraban fotografías de la canciller alemana, Angela Merkel, y hacían el signo de la victoria a los boquiabiertos turistas que se encontraban por el centro de Budapest. Muchos húngaros sacaban fotos de la marcha, les jaleaban o les saludaban con la mano desde las calles, mientras que los refugiados se daban ánimos a gritos de “yala, yala” o “Go, go”, (”vamos, vamos, en árabe e inglés). “Si tuviera una hija le pondría Merkel”, decía uno de ellos, un kurdo de Siria que no quiso dar su nombre.

Casi al frente de la columna iba un hombre en silla de ruedas que despertó el interés de numerosos fotógrafos. Su nombre es Imad, tiene 54 años y es también, como la gran mayoría, de Siria.

Un grupo de siete jóvenes, ninguno de ellos familiar suyo, se turnan en el camino desde Grecia para llevarlo a Alemania. “Lo conocimos en Grecia, le dijimos que si quería ir con nosotros a Alemania y desde entonces estamos juntos. Somos ya casi una familia”, relata Firas, un joven de 19 años que dice que tuvo que abandonar sus estudios de derecho en Alepo por la guerra.

Los jóvenes se van turnando a lo largo de la marcha, empujando la silla de ruedas de Imad, al que describen como un hombre de pocas palabras. Cuando llegan a una acera, son muchas las manos que se ofrecen para ayudar a subir o bajar el escalón. “La vida es ayudarse unos a otros”, afirma Firas. “Ya queda poco, en dos días estaremos en Austria”, agrega, y repite la misma frase en árabe en voz alta, para dar ánimos a sus compañeros.

A lo largo de la marcha, numerosos ciudadanos húngaros entregan botellas de agua y galletas a los refugiados. “Tomad, para el camino. Buena suerte”, dijo en inglés una mujer a la puerta del supermercado al entregar parte de su compra a un grupo de refugiados.

También se produjo algún incidente con conductores, como cuando un tipo fornido con la cabeza rapada y tatuajes increpó a los refugiados. Después habló desde su coche con un policía, quizá para quejarse por el atasco que estaba creando la marcha. La Policía húngara ha facilitado la salida de la ciudad de los refugiados pactando con quienes encabezaban la marcha y cortando el tráfico en los cruces. – Efe

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