Nickelsdorf, punto de entrada a Occidente para miles de refugiados
Canarias 7, , 05-09-2015
Agotados, pero felices. Así cruza miles de refugiados procedentes de Hungría a pie la frontera con Austria y ahora, desde la pequeña localidad de Nickelsdork, casi todos quieren llegar a Alemania u otros países del norte de Europa.
La policía austríaca espera la llegada de unos 10.000 en las próximas horas, después de que el Gobierno húngaro anunciase anoche que iba a trasladar en autobuses hasta la frontera a los refugiados, varados en diferentes puntos del país, aunque no a los internados en centros de acogida.
Esta madrugada, en torno a las 03.00 hora local (01.00 GMT), llegó el primer autobús, con medio centenar de ellos, en medio de una torrencial lluvia.
Visiblemente agotados, los refugiados cruzaron andando los últimos metros hasta territorio austríaco, en Nickelsdorf, donde fueron recibidos por la policía, la Cruz Roja y numerosos voluntarios locales.
Esta pequeña localidad de menos de 2.000 habitantes, situada a pocos metros de la frontera, se ha convertido en el último “punto caliente” de esta crisis migratoria que desde hace semanas conmociona a Europa.
La Cruza Roja austríaca se ha instalado en el lugar con capacidad para atender a unas 5.000 personas, explicó a Efe Walter Grashofer, unos de los coordinadores de este esfuerzo humanitario.
Los refugiados, en su mayoría hombres jóvenes, reciben agua, té caliente, mantas para taparse, pan y chocolate.
Además, los equipos de la Cruz Roja atienden con decenas de personas a muchos refugiados que sufren resfriados, dolores en los pies, ampollas y otras dolencias, como diabetes, dijo Grashofer.
El ambiente en este primer lugar de recepción es muy calmado, a pesar de las grandes masas de personas que van llegando.
Cientos de policías austríacos vigilan la zona, informan a la recién llegados en lo posible en inglés y se aseguran de que nadie se lastime en medio del tráfico intenso de autobuses que llegan y parten del lugar.
“El problema es que tenemos pocos traductores. La gente tiene miedo y todos quieren salir de aquí lo antes posible, muchos incluso preguntan si pueden ya subirse aquí mismo a un tren rumbo a Alemania”, cuenta a Efe uno de los agentes.
Asam, un joven sirio, explica a Efe que en Hungría la policía lo maltrató, a pesar de tener un billete de tren de Budapest a Múnich, en Alemania.
“Quiero ir hasta Noruega, ya que mi hermana vive allí. El viaje ha sido muy largo, un mes; en Serbia nos trataron bien, pero en Hungría fue terrible”, asegura el joven en inglés.
Y con tono preocupado insiste una y otra vez en la misma pregunta: “¿nos van a tomar huellas (dactilares) en Austria, nos van a tomar huellas?”.
Los refugiados prefieren no ser registrados para poder llegar a Alemania o un país escandinavo, donde las tasas de aceptación de asilo son muy superiores al resto de Europa.
En Hungría, por ejemplo, casi nadie recibe asilo, mientras que en Suecia la tasa de aceptación supera el 70 por ciento.
Desde lo que hasta el año 2007 fue el punto fronterizo entre Austria y Hungría, los refugiados son trasladados en autobuses locales hasta la cercana estación de tren de Nickelsdorf, a donde llegan cada cinco minutos nuevos convoyes.
Desde primera hora de la mañana, parten desde allí trenes especiales cada 30 minutos con destino Viena o Salzburgo, más al oeste de Austria, con capacidad para unos 400 refugiados cada uno.
Otros refugiados, unos 1.400, serán llevados directamente en autobuses hasta la capital austríaca, informa la agencia APA.
Y mientras miles esperan pacientemente a ser trasladados, otros no quieren esperar y se van caminado, bien hasta la estación de Nickelsdorf o bien intentan llegar directamente a Viena, a unos 70 kilómetros.
En la autopista A4, decenas de refugiados estaban caminado en dirección de la capital austríaca, según pudo constatar Efe.
La policía austríaca estimó hoy que unos 10.000 refugiados de Oriente Medio podrían llegar a Austria a lo largo de día.
Hans Peter Doskozil, jefe de la policía del estado federado de Burgenland, señaló en declaraciones a Efe que todavía hay un centenar de autobuses que están de camino a Austria.
Ante la escalada de la crisis migratoria en Hungría, los gobiernos de Alemania y Austria accedieron anoche a recibir a estas personas, aunque insistieron que se trata solo de una situación excepcional y que la normativa de Dublín sigue en pie.
Esta regla comunitaria prevé que los refugiados pidan asilo en aquel país por el que entraron en la Unión Europea.
Sólo a Hungría han llegado más de 160.000 personas de Oriente Medio en lo que va de año, en un intento de acceder desde allí a Europa Occidental, donde buscan seguridad y una vida mejor.
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