Los beneficiarios de la renta de garantía de ingresos (RGI) cayeron en 784 en agosto en lo que constituye su tercer descenso consecutivo y uno de los más elevados de la serie histórica. La ayuda social destinada a cubrir las necesidades básicas de ciudadanos sin recursos fue cobrada el pasado mes por 65.040 personas, la cifra más baja en casi un año y medio, según datos ofiviales del Servicio Vasco de Empleo (Lanbide).

Para encontrar una cantidad inferior hay que remontarse a abril del pasado año, cuando fueron 64.629. El número de perceptores inició entonces una escalada ininterrumpida hasta alcanzar los 66.373 contabilizados en mayo del presente ejercicio, el máximo registrado hasta ahora.

Ese fuerte retroceso de los ciudadanos que reciben la RGI en agosto coincidió con un repunte del paro y un retroceso de la afiliación a la Seguridad Social en Euskadi.

Dos de cada tres beneficiarios de la ayuda – el 64% – son españoles. Entre los 23.406 extranjeros que la cobraron el último mes – 342 menos que el anterior – , la mayoría procede de América del Sur (8.809), los países del Magreb (6.252) y el África subsahariana (4.624).

La ley que regula la RGI asegura unos ingresos mínimos – entre 619 y 950 euros mensuales, en función del número de miembros que integren la unidad familiar – para los ciudadanos en riesgo de exclusión social que cumplan determinados requisitos. Si ya disponen de algún tipo de renta por debajo de esa cifra – por ejemplo, un sueldo o una pensión de escasa cuantía – , el Gobierno vasco les abona la diferencia. Esta ayuda es compatible con la prestación complementaria de vivienda (250 euros mensuales), destinada a financiar el alquiler de pisos.