Cientos de refugiados en Budapest recorren a pie el camino hasta la frontera con Austria
Ante el impedimento de las autoridades húngaras para subir a los trenes, muchos han decidido caminar los 200 kilómetros que hay hasta el país alpino.
Público, , 04-09-2015En los últimos días el lema de las protestas era “libertad, libertad”, para demandar que les dejaran embarcar en un tren rumbo a Alemania, y hoy una multitud de refugiados ha hecho uso de esa palabra echándose a la carretera. Una larga columna formada por centenares de refugiados, posiblemente más de mil, ha salido andando de Budapest en dirección a la frontera de Austria, situada a más de 200 kilómetros de distancia.“Iremos andando, no hacemos mal a nadie, no somos criminales. Sólo quiero llegar a algún país en el que pueda terminar mis estudios”, explica Nasir al Omar, que estudiaba Arte y Literatura en la universidad siria de Alepo.Los jóvenes son mayoría pero hay también familias enteras con niños y bebés, que llevaban días acampados en la estación de trenes de Keleti, en Budapest en unas condiciones miserables, sólo asistidos por un grupo de voluntarios húngaros.Algunos mostraban fotografías de la canciller alemana, Angela Merkel, y hacían el signo de la victoria a los boquiabiertos turistas que se encontraban por el centro de la ciudad.Muchos húngaros sacaban fotos de la marcha, les jaleaban o les saludaban con la mano desde las calles, mientras que los refugiados se daban ánimos a gritos de “yala, yala” (“vamos, vamos”, en árabe) o “Go, go”, ("venga, venga, en inglés).
En los últimos días ha crecido la tensión en Budapest y otras ciudades del país, donde miles de refugiados desean salir de Hungría para pedir asilo en los países del oeste de Europa, sobre todo en Alemania.Unos 300 refugiados han escapado hoy del tren parado desde ayer en la estación de Bicske, en las afueras de Budapest, mientras que otros 64 huyeron de un cercano centro de acogida. Uno de los hombres que huía, un refugiado paquistaní, ha muerto al salir corriendo por las vías del tren y golpearse contra el suelo en la cabeza.El tren, con unos 500 refugiados a bordo, estaba de camino a Sopron, en la frontera con Austria, cuando la Policía trató de bajar a los pasajeros para llevarlos al centro de registro, pero los inmigrantes se opusieron y decidieron no bajar de los vagones. Después de pasar la noche atrincherados, algunos decidieron bajar hoy y salieron a la carrera por las vías férreas en dirección de Györ, al oeste de Bicske, mientras que otros escaparon rumbo a Budapest. No obstante, familias enteras han desistido y se han bajaado del tren para ser llevadas a un campamento cercano.Como está ocurriendo en otros países de Europa ante la inacción de Bruselas, una iniciativa ciudadana se está movilizando a través de Facebook para llevar a los cientos de refugiados varados en Hungría hasta Austria y Alemania. Por el momento unas 2.000 personas han anunciado su participación en la iniciativa “Convoy Budapest Viena”, que pretende salir el próximo domingo rumbo a Budapest para transportar a los refugiados hasta Austria, explica en Facebook Erzsébet Szabó, una de las organizadoras.En teoría no existen controles fronterizos entre los dos países, ya que ambos pertenecen a la zona Schengen, de libre circulación, pero la propuesta no está exenta de polémica, ya que en la república alpina está prohibido por ley transportar a refugiados sin la documentación en regla de un país a otro, lo que puede suponer una multa de hasta 5.000 euros. Mucho más graves pueden ser las consecuencias judiciales en Hungría, donde esos traslados no remunerados están considerados un delito, con penas de hasta cinco años de cárcel.El Parlamento en Budapest tiene previsto respaldar el viernes una serie de medidas para sellar a los inmigrantes en la frontera sur de Hungría con Serbia, creando zonas de contención en la frontera donde sean retenidos mientras se procesan sus papeles y sean potencialmente devueltos a Serbia.“La realidad es que Europa está amenazada por un flujo masivo de personas, muchas decenas de millones de personas podrían venir a Europa” dijo el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, en una entrevista. “Ahora hablamos de cientos de miles pero el año que viene hablaremos de millones y esto no se acaba nunca”, dijo defendiendo la mano dura que su país está ejerciendo contra los inmigrantes.
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