la UE repartirá ahora 120.000 refugiados
El Mundo, , 04-09-2015Tarde, muy lentamente y de forma descoordinada, la Unión Europea empieza a reaccionar. En realidad, y dicho así, pareciera que las instituciones comunitarias han estado de brazos cruzados, o casi, ante la crisis de los refugiados que desde principios de año tiene lugar a las puertas del continente. Primero en Grecia e Italia, luego en Hungría, los Balcanes o la frontera francobritánica. En realidad, la Comisión Europea puso encima de la mesa en mayo una estrategia (tímida en valores absolutos, pionera en relativos) para reubicar y recolocar a 60.000 demandantes de asilo por toda la UE, pero los estados se negaron a aceptar cuotas obligatorias. Son los países los que, salvo contadas excepciones, como la alemana y la sueca, han bloqueado o retrasado cualquier decisión. Los que no han permitido al presidente del Consejo, Donald Tusk, convocar una Cumbre ad hoc. Los que quieren que se hable de ello este fin de semana de forma informal entre ministros de Exteriores y la que viene con los de Interior. Los que se verán en una reunión en Malta, pero en noviembre, pese a los muertos diarios en camiones y naufragios, las estaciones de trenes llenas de refugiados retenidos y las decenas de miles de peticiones de quienes huyen de guerras, dictadores o el Estado Islámico.
Ayer, un avance. Por un lado, desde Bruselas. Según fuentes comunitarias la semana que viene, aprovechando el marco del Discurso del Estado de la UE, Jean-Claude Juncker dará un nuevo paso exigiendo que los países repartan incluso a 120.000 refugiados más. Ya recibió un no rotundo cuando pidió 40.000, pero la emergencia humana y humanitaria requiere un esfuerzo mucho mayor, voluntario o forzoso. Según explican esas fuentes, no hay una cifra precisa, pero la idea sería que se rondara el entorno de los 150.000 o 160.000.
A diferencia del primer plan, que circunscribía a refugiados eritreos y sirios la oferta, y los limitaba a 24.000 en Italia y 16.000 llegados a Grecia, esta nueva variante tendría en cuenta de alguna manera también a Hungría. Según el Gobierno magiar, en lo que va de año hasta 120.000 refugiados habrían pasado por sus fronteras. «Recolocar al menos a 100.000 refugiados es una necesidad», coincidió ayer el presidente del Consejo, Donald Tusk.
Además, según indicó ayer la canciller alemana Angela Merkel, reforzada por su valiente liderazgo y ejemplo estas semanas, París y Berlín van a presentar su propia oferta, una estrategia que parte de la base de ese reparto obligatorio. No hay detalles concretos, pero sí una clara voluntad de actuar, según indicaron. Porque pese a los muertos, la presión política y las durísimas imágenes, la opinión de los Estados miembros es muy similar a la de antes de verano. Admiten el problema pero creen que las cuotas dispararán el «efecto llamada», que morirá más gente en el mar, se multiplicará el negocio de las mafias y que, además, el sistema es una forma velada por parte de las instituciones comunitarias para acaparar poder.
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