Las investigaciones se iniciaron al detectar la existencia de esta organización criminal asentada en El Aaiún (Marruecos), responsable de fletar varias pateras con destino al Archipiélago. Durante el operativo, se descubrió que el grupo empleaba la violencia sobre los inmigrantes, a quienes apaleaban para que subieran a las pateras cuando estos se negaban al descubrir las precarias condiciones en las que viajarían. 

Así, tras ser detenido y apartado del resto, al verse libres de presiones y amenazas, los inmigrantes colaboraron en la identificación del patrón de la embarcación, un senegalés de 24 años de edad que también fue arrestado por favorecimiento de la inmigración ilegal.

La Policía puntualiza que entre los pasajeros de la patera de julio había varias mujeres, de origen nigeriano, que presuntamente eran enviadas a España para su explotación sexual, por lo que una vez detectadas fueron incluidas dentro del Protocolo de Atención a las Víctimas de la Trata de Seres Humanos.